LOS JEFES NOCIVOS

El otro día leía en una bitácora una serie de reflexiones sobre la tipificación de los jefes nocivos, que aplicado a los ámbitos de lo social, económico, político o asociativo diverso, merecen al “elcibermilitante” escribir un post. Y, ensayando su análisis en el campo político, me hice la siguiente pregunta ¿por qué para un sector de españoles ZP o Rajoy son nocivos y para otros no?

Difícil interrogante, pero aún más su contestación. ¿No les parece? Así que, busqué en manuales para principiantes, hasta que encontré unos sencillos textos que describían a los máximos responsables de algo. Así, se decía del narcisista, dueño de una autoestima tan baja que sólo es capaz de extender a su alrededor mediocridad, para que nadie le haga sombra. Es un peligro para la organización, porque con él la empresa pierde competitividad; el sicópata, un ejecutivo incapaz de sentir empatía por los demás y, por tanto, dispuesto a mentir para aprovecharse de sus subordinados. Este jefe compra o acosa al adversario, según le convenga, y suele dejar, como se dice coloquialmente, muchos cadáveres a su alrededor. La empresa se resiente porque extiende la corrupción allí por donde va. Por último, el paranoide, con déficit crónico de confianza en si mismo. Este jefe realiza ataques preventivos contra sus subordinados para probar su fidelidad o fiscalizar su trabajo y termina machacándoles.

Puede que los talantes tengan mucho que ver, el cómo estar ante los demás, las alternativas a los problemas, la visión y conformación de equipos….Y sobre todo, no lo olvidemos al concepto de sociedad al que se aspira, para que los ciudadanos estén con uno con el otro.

Bueno, ustedes sabrán después de leer estas telegráficas descripciones -qué obedece a la pregunta inicial-, cual es la respuesta más acertada.

En cualquier caso, si aplicamos esta minireflexión a La Rioja, hasta puede que algún compañero lector, llegue a la conclusión de que hay un cuarto estadio, el “narsiparanoide”, mezcolanza de las tres descripciones realizadas. Ponga usted mismo el nombre a ese político. Seguro que usted acierta. OK.