Muchos me conocen y vienen soportando desde
hace más de una década mi visión sobre qué PSOE se ha construido. Muchos saben
que he criticado abiertamente cuanto ha significado la “Tercera Vía”, que en España
ha representado Rodríguez Zapatero. Muchos recuerdan que he apostado por un
partido socialdemócrata republicano frente a una organización socioliberal.
Muchos son los escritos que certifican mi preocupación y desclasamiento del
partido, análisis que comparto con Izquierda Socialista y con otros militantes
más sin adscripción alguna. Pero lo que no llego a entender es cómo la actual
CEF y la mayoría de las Comisiones Regionales no se dan cuenta que estamos perdiendo
desde el fatídico 20N, confianza a raudales entre nuestro electorado. En
concreto desde entonces 6 puntos más y no pasa nada.
En mi opinión y lo siento, el que quiera
seguir pensando que con lo que estamos haciendo vamos a ir a mejor, está
equivocado. Más bien lo que necesita el militante y nuestro electorado (además
de trabajo…..), es una diferente clase
dirigente, con reglas nuevas que garanticen la igualdad real de oportunidades
huyendo del clientelismo y permitiendo que el voto de cada militante valga lo
mismo. Si esto no se entiende, es que la dirigencia está ciega o va a lo suyo.
Soy “pablista” convencido que quiere un país
más justo, solidario e igualitario pero, visto lo que ocurre a nuestros vecinos
del sur de Europa (caso Italia sin ir más lejos), al PSOE le van a dar un nuevo
desaire los electores en los comicios
europeos y en las elecciones municipales, seguramente nos saldrán “candidaturas
de ciudadanos” como réplica a nuestro inmovilismo.
Esperar a que el tiempo corra en contra del
PP y de ello podamos beneficiarnos es una insensatez.