QUIERO VOTAR EN USA

Comenzaré diciendo que la mañana del domingo 27, desayunando con la radio puesta de fondo, escuché la noticia de que Barack Obama había ganado a Hillary Clinton en el estado de Carolina del Sur. Ambos aspirantes que previamente habían recriminado a la prensa por centrarse en la cuestión de la raza. Pero ellos también habían maniobrado enérgicamente entre bambalinas, para aprovecharse de la diversidad racial de los votantes.

Cuando la locutora me tradujo la frase mediática del vencedor, se me atragantó la rosquilla de San Blas. Pero ¿qué dice este buen señor a sus correligionarios que sea tan importante para que un riojano de a pie se le atragante el café con leche? Pues, lean sino: “En estas elecciones no se trata de elegir según la región de cada uno; o según su religión; o su género, o ricos contra pobres, no se trata de blancos contra negros, jóvenes contra viejos, blancos contra negros. Se trata de elegir entre el pasado o el futuro”.

¡Vamos hombre! Otro populista. Otro que construye su pensamiento, salvo error, desde el engañabobos de que no hay ideologías. El afroamericano vocea a sus correligionarios y le aplauden y, las agencias de comunicación difunden el globaledicto, señalando que en el siglo XXI no hay clases. Que no hay sociedades duales. Que no existen compromisos como el del Milenio propiciado por la ONU.

En fin, lo malo es que encima en España hay progresistas que sólo ven el continente pero no el contenido de estos cabestros del capitalismo.

En cualquier caso, coincido con el candidato a la Casa Blanca en que sí son unas elecciones para propiciar el cambio. Porque de lo contrario ¿Se imaginan ustedes sentados alrededor de una mesa echando una partidita al mus a Bush padre e hijo contra Bill y Hillary Clinton? Así que, por si acaso, me voy a ir a la embajada de los EE.UU. a pedir que me inscriban como elector en mi condición de globalvotante y ya veremos a quién demonios voto. ¡Que panda de líderes!