“RECONSTRUYAMOS EL PALACIO DE ESPARTERO”
Recuerdo los viajes que hacía con mis padres cuando era un niño. Siempre acabábamos visitando monumentos y museos. Para mí, era algo mágico. Claro, en el Logroño de los 60 no teníamos un espacio cultural que nos permitiera admirar a los artistas de aquí o de allá. Fue en 1962, cuando se declaró al viejo Palacio de Espartero*, Monumento Histórico-Artístico y finalmente en el año 1971, se abrió al público como Museo de Logroño.
Yo, por ese año contaba con 17 años y desde corta edad miraba este caserón de proporciones cúbicas, con cimborrio central, de regia portada, coronada por un escudo episcopal, con familiaridad ya que mi abuela vivía en la calle de Albornoz. Muchos la llamaban “la Espartera”. Años más tarde supe que el mote procedía de su madre. Según pude saber, mi bisabuela venía por el camino Viejo de Fuenmayor “a ver montar a caballo a todo un hombre”. Vamos, toda una fan de la época. ¿Pero quién era ese hombre? Pues, Baldomero Espartero.
Dicho esto a modo de entremés, diré que tengo una opinión sobre el Palacio-Museo, que posiblemente no concuerde con los políticos y expertos que han hecho posible, tener finalmente un “Museo ampliado”. Pero verán, yo lo que haría es lo siguiente:
1º. Como nueva oferta turística podría realizarse “la ruta del general Espartero”. Para ello, haría una reconstrucción del Palacio en el que vivieron los últimos años de su vida el general Baldomero Espartero y Jacinta Martínez de Sicilia,
2º. El Palacio que ha sido ampliado recientemente, construyéndose un edificio de nueva planta en una finca anexa en el costado oeste y creo que finalizado en diciembre de 2003, albergaría exposiciones temáticas.
3º. En el discutido y cerrado cuartel de la Guardia Civil, sito en la calle de Murrieta, plantearía un Museo de “proporciones humanas”, como viene manifestando el escritor holandés Cees Nooteboom, todo un experto en eso de pinacotecas.
Sobre el tema del Palacio de Justicia, pasaría olímpicamente de los corporativismos intervinientes y lo ubicaría en las zonas nuevas de la ciudad. Por cierto, ¿ha pasado algo por que el Campus Universitario se haya situado en el “extrarradio” y lindando con barrios en su día obreros? Pues, no.
* Cronología: siglos XVIII-XIX.
El edificio data de mediados del siglo XVIII Perteneció desde su construcción a la familia de la Porta, pero acabó en manos de la familia de Jacinta Martínez de Sicilia quien contrajo matrimonio en el año 1827 con el brigadier Baldomero Espartero. A pesar de las obligaciones derivadas de la carrera política y militar del general Espartero, el matrimonio habitó durante varias temporadas esta residencia. Sin embargo, ambos fallecieron sin descendencia y el palacio fue heredado por la marquesa de la Habana, hermanastra de doña Jacinta.
Entre los años 1881 y 1886 el edificio fue sede del Gobierno Militar, y posteriormente fue vendido al Estado con la intención de transformarlo en palacio episcopal. La reforma fue llevada a cabo bajo el mandato del alcalde José Rodríguez Paterna y la dirección del arquitecto municipal Luis Barrón. Entonces se cambió el escudo nobiliario existente de la fachada por el episcopal que contemplamos en la actualidad. Sin embargo, el obispo nunca lo ocupó y en 1900 se instaló en el palacio el asilo de Santa Rosa. El palacio también estuvo ocupado por la Casa Cuna del Niño Jesús y fue sede de la Caja de Ahorros, de la Cámara de Comercio, del Círculo Artístico, del Archivo Municipal y del Juzgado de Instrucción.
Recuerdo los viajes que hacía con mis padres cuando era un niño. Siempre acabábamos visitando monumentos y museos. Para mí, era algo mágico. Claro, en el Logroño de los 60 no teníamos un espacio cultural que nos permitiera admirar a los artistas de aquí o de allá. Fue en 1962, cuando se declaró al viejo Palacio de Espartero*, Monumento Histórico-Artístico y finalmente en el año 1971, se abrió al público como Museo de Logroño.
Yo, por ese año contaba con 17 años y desde corta edad miraba este caserón de proporciones cúbicas, con cimborrio central, de regia portada, coronada por un escudo episcopal, con familiaridad ya que mi abuela vivía en la calle de Albornoz. Muchos la llamaban “la Espartera”. Años más tarde supe que el mote procedía de su madre. Según pude saber, mi bisabuela venía por el camino Viejo de Fuenmayor “a ver montar a caballo a todo un hombre”. Vamos, toda una fan de la época. ¿Pero quién era ese hombre? Pues, Baldomero Espartero.
Dicho esto a modo de entremés, diré que tengo una opinión sobre el Palacio-Museo, que posiblemente no concuerde con los políticos y expertos que han hecho posible, tener finalmente un “Museo ampliado”. Pero verán, yo lo que haría es lo siguiente:
1º. Como nueva oferta turística podría realizarse “la ruta del general Espartero”. Para ello, haría una reconstrucción del Palacio en el que vivieron los últimos años de su vida el general Baldomero Espartero y Jacinta Martínez de Sicilia,
2º. El Palacio que ha sido ampliado recientemente, construyéndose un edificio de nueva planta en una finca anexa en el costado oeste y creo que finalizado en diciembre de 2003, albergaría exposiciones temáticas.
3º. En el discutido y cerrado cuartel de la Guardia Civil, sito en la calle de Murrieta, plantearía un Museo de “proporciones humanas”, como viene manifestando el escritor holandés Cees Nooteboom, todo un experto en eso de pinacotecas.
Sobre el tema del Palacio de Justicia, pasaría olímpicamente de los corporativismos intervinientes y lo ubicaría en las zonas nuevas de la ciudad. Por cierto, ¿ha pasado algo por que el Campus Universitario se haya situado en el “extrarradio” y lindando con barrios en su día obreros? Pues, no.
* Cronología: siglos XVIII-XIX.
El edificio data de mediados del siglo XVIII Perteneció desde su construcción a la familia de la Porta, pero acabó en manos de la familia de Jacinta Martínez de Sicilia quien contrajo matrimonio en el año 1827 con el brigadier Baldomero Espartero. A pesar de las obligaciones derivadas de la carrera política y militar del general Espartero, el matrimonio habitó durante varias temporadas esta residencia. Sin embargo, ambos fallecieron sin descendencia y el palacio fue heredado por la marquesa de la Habana, hermanastra de doña Jacinta.
Entre los años 1881 y 1886 el edificio fue sede del Gobierno Militar, y posteriormente fue vendido al Estado con la intención de transformarlo en palacio episcopal. La reforma fue llevada a cabo bajo el mandato del alcalde José Rodríguez Paterna y la dirección del arquitecto municipal Luis Barrón. Entonces se cambió el escudo nobiliario existente de la fachada por el episcopal que contemplamos en la actualidad. Sin embargo, el obispo nunca lo ocupó y en 1900 se instaló en el palacio el asilo de Santa Rosa. El palacio también estuvo ocupado por la Casa Cuna del Niño Jesús y fue sede de la Caja de Ahorros, de la Cámara de Comercio, del Círculo Artístico, del Archivo Municipal y del Juzgado de Instrucción.
2 comentarios:
Hola Chema, soy Justo Rodríguez, el autor de la foto de las gominolas de la Gran Vía que ilustra tu entrada del 29 de octubre de 2007.
Estaría bien que citaras la procedencia y el autor, cuando uses una foto.
Un saludo sin acritud...
PD.: Soy el hno. de Olivia la mujer de David, coincidísteis en tu etapa de UGT, el pertenecía a la
fed de alimentación y tabacos.
Lo dicho, un saludo.
Hola Chema, soy Justo Rodríguez, el autor de la foto de las gominolas de la Gran Vía que ilustra tu entrada del 29 de octubre de 2007.
Estaría bien que citaras la procedencia y el autor, cuando uses una foto.
Un saludo sin acritud...
PD.: Soy el hno. de Olivia la mujer de David, coincidísteis en tu etapa de UGT, el pertenecía a la
fed de alimentación y tabacos.
Lo dicho, un saludo.
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