23/6/24

EL 9J, SAN MILLÁN Y LA HIPOCRESÍA

 

Una de las preocupaciones por las que los estudiosos y miembros directos que actúan en la plural izquierda, pasa inevitablemente por tener claro en La Rioja cuál es el objetivo en un escenario político nacional tan tensionado y de bloques. Consolidar el echo partidario, organizar con más activismo de calle e institucional, la propia existencia constitucional e ideológica ante la ciudadanía tienen que ser los pilares que clarifiquen el mapa electoral. 

En términos globales podemos afirmar que las elecciones del 9J dan un resultado que, sin ser la verdad plena, explica el momento en el que nos encontramos en el conjunto global dentro de la UE. La extremaderecha avanza posiciones en buena parte de Europa y es urgente que desde la izquierda se encuentre la manera de revertir esta tendencia, porque nos jugamos los derechos que hemos conquistado y el futuro de las próximas generaciones. 

Si miramos que ha pasado en España el PP ha ganado y el PSOE resiste o si se quiere decir de otra manera: “Ni tan bueno es el resultado del PP ni es malo el del PSOE”, pero, ello no puede ocultar la desestructuración de la denominada izquierda alternativa y el aumento de voto a organizaciones de ultraderecha. 

Pongamos un ejemplo cercano. En Logroño y más exactamente en el entorno de la calle San Millán, la ultraderecha Vox y Se Acabó la Fiesta han conseguido más del 25% de los votos, dato que ciertamente no se alcanza en ningún otro punto de la capital. Pero ¿Qué ha ocurrido para que esto suceda? 

Un primer acercamiento es señalar que esta zona de la ciudad está dentro de los parámetros de ser un barrio tradicionalmente de gentes trabajadoras o jubiladas en el que la presencia de población inmigrante ha crecido en los últimos años siendo posiblemente hoy una de las zonas con más presencia de la ciudad. 

Un segundo acercamiento es la pacífica coexistencia entre la población “histórica” y el nuevo habitante llegado de otros países, que en más de un caso ya conviven en guarderías, aulas de colegios e institutos. 

Si nos damos un paseo por estas calles podríamos adivinar que hay varias consecuencias. Una de ellas es ver una pluralidad lingüística e indumentarias llamativas que hasta hoy no ha perturbado el costumbrista ambiente. Otra, es el beneficio innegable económico que aportan estos extranjeros, motivado -entre otros-, por el fallecimiento de vecinos cuyos herederos logroñeses ponen en venta o en alquiler pisos y locales. 

Por tanto, y con todo el respeto me duele la hipocresía de los Manolos, las Isabeles, los Juanes y las Marias de turno, esos que podríamos llamar “los de toda la vida”, que han votado a partidos muy alejados de las doctrinas humanistas y cristianas aprendidas en sus años de juventud y que supuestamente alimentan su existencia moral y tradicional. 

Seguro que con más rigor se puede ver este fenómeno y dar una explicación más solvente. Seguro que si, pero en un mundo globalizado todo nos afecta y en esta población madura que he elegido como posibles votantes en favor de los ultras, seguramente haya tenido que ver mucho el boca a boca practicado en bares, peluquerías e hipermercados, más que las redes sociales, aunque también, y muchos mensajes periodísticos que han blanqueado como “gota malaya” posiciones populistas que vienen satanizando a Pedro Sánchez a su gobierno de coalición tildándoles de okupas y al PSOE. 

Concluyo. Toca visibilizar el ideario socialista hablando con franqueza a la gente de este barrió y del conjunto de la región, y, con naturalidad explicar didácticamente a cada problema por complejo que sea cual es la alternativa que damos. Para esto hay que utilizar los recursos propios, gastar mejor el dinero, organizar la militancia y hacer que llegue el mensaje por tierra, mar y aire. 

 

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