Estoy escuchando a Rajoy y la conclusión es la de siempre. La culpa al gobierno anterior, su política económica es la única posible y las propuestas que ha podido leer del PSOE son a su entender una ensoñación. Pues, lamento no coincidir con el presidente del Gobierno y lo malo es que de momento no quiere escuchar a nadie. Así las cosas, me quedo como no podía ser de otra manera, con las propuestas del PSOE, que por otro lado no han sido bien entendidas por la derecha gobernante y sus tecnócratras en Bruselas.
Soy de los que opina que nuestro problema no es el de los gastos sino el de no ingresar lo suficiente. Hagamos una reforma fiscal, un acuerdo en rentas (eliminación de la última reforma laboral)…., pónganse de acuerdo los partidos y los agentes socioeconómicos pero visto lo visto….la derecha defenderá como buenos cabestros que los son a los suyos, aunque hablen continuamente de los españoles.
Así que miro mi entorno más próximo y digo: soy socialista porque creo en la libertad individual y en la igualdad de oportunidades para todos los seres humanos como valores irrenunciables, porque creo en un devenir existencial responsable que de sentido a nuestras vidas y en una redistribución justa de la riqueza que permita condiciones dignas en la vida de todas las personas. Creo en el socialismo porque ha demostrado, a lo largo de 134 años en nuestro país, ser capaz de construir, en el discurso y en los hechos, una sociedad más justas que no concibe dejar fuera del sistema a absolutamente nadie.
Pero también digo que lamento profundamente el comportamiento de quienes quieren obtener réditos electorales intentado asimilar un PP y un PSOE que no han sido, no son ni serán nunca iguales. Y digo esto porque aún faltando por la dirigencia del socialismo un rechazo a ciertas políticas socioliberales que han desdibujado a la socialdemocracia, muchos simpatizantes, exmilitantes y algunos que seguimos en el PSOE estamos en otra onda, la de recuperar la credibilidad perdida.
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