Sin ir al 41 Congreso del PSOE, compruebo desde la distancia que la yanquinización y el espectáculo ha servido para reducir la contraprogramación del pseumunicipalista acto del PP.
Si hubiera estado en Sevilla, habría tomado la palabra para hacer una intervención en favor de la gestión de Pedro Sánchez, pero sin ocultar lo que considero sombras que deben ser alumbradas, a riesgo de que se me hubiera malinterpretado.
En fin, ya es historia y cada día que pasa más lejano me parece que está el evento socialista. Pienso que no soy el único. Hoy todo va a la velocidad de la luz y lo que hoy es noticia bomba deja de serlo salvo que lo alimenten las alimañas mediáticas.
Así las cosas, como digo, lo de Sevilla ya es historia y, ya abierto el melón anunciado tras la debacle electoral en Galicia a primeros de año, vemos como en un ¡plis, plas! Madrid, kilómetro cero, ha inaugurado el calendario con el cambio de liderazgo. Aquí en La Rioja, convocado el 16 Congreso comienza a andar el calendario aprobado, y, ya se pueden comentar algunas cuestiones.
En primer lugar tenemos a un precandidato que en todos los cenáculos y corrillos mediáticos se daba por segura su apuesta. Me refiero a Javier García actual regidor de Arnedo, que como se suele decir se ha tirado a la piscina abandonando la CER de Concha Andreu. En segundo lugar y sin que haya terminado el plazo, hay voces que han expresado en los medios de comunicación aquello de ¡Me lo estoy pensando! Estos son los casos de Elisa Garrido y Beatriz Nalda, ambas concejalas en Calahorra y Logroño respectivamente.
Pase lo que pase, es decir, si se celebran o no primarias, lo que queda claro son dos cosas. La primera es que tras un largo compás de espera, que arranca con la salida del Gobierno de La Rioja, se está comprobando ciertas resistencias por dejar algunos el aparato del Partido Socialista. Y la segunda, es que el PSOE de La Rioja aún con todo y, ocurra lo que ocurra, es la única organización política capaz de enfrentarse electoralmente, estar dignamente en las Instituciones y por supuesto también en la calle, parando los pies al PP y a Vox. Lo que hay a nuestra izquierda -con todo respeto-, no sirve para combatir a las derechas y más desde la sopa de siglas colorinchi. Veremos.
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