La resolución del Tribunal de Justicia de la UE que anula los acuerdos pesqueros y agrícolas entre el reino alauí y la Unión Europea reconoce expresamente la soberanía del pueblo saharaui frente a Marruecos y cierra una batalla judicial de ocho años, dando la razón al Frente Polisario. La sentencia se fundamenta -entre otros considerandos-, por el hecho de ignorar el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.
La decisión tomada el pasado el 4 de octubre por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el contencioso que desde 2019 mantiene el Frente Polisario —legítimo representante de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD)— por los acuerdos comerciales firmados entre la Unión Europea y Marruecos para explotar los recursos naturales del Sáhara Occidental es histórica en una doble vertiente.
Por un lado, la Corte de Justicia de la Unión anula los acuerdos de pesca y los relacionados con los productos agrícolas —aunque sobre estos últimos da una moratoria de un año para que sigan en vigor— debido a que el pueblo saharaui no dio su consentimiento para la firma de esos tratados entre la Unión Europea y Marruecos, potencia que ocupa la gran parte del territorio del Sáhara Occidental.
Y por otro lado, la decisión del TJUE es importantísima porque pone en valor la soberanía del pueblo saharaui y la legitimidad del Frente Polisario para ser su único y legal representante.
Es de suponer que el Gobierno de España apoye a los sectores empresariales afectados por esta decisión cuya aplicación práctica será dentro de un año con el fin de evitar evitar “consecuencias negativas graves para la acción exterior de la UE.
Esperemos que el 41 Congreso del PSOE tenga muy presente la sentencia y regrese a la senda que nunca debió abandonar pues somos parte administradora de un territorio que en su día fue provincia española.
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