1/9/25

CARTA A JAVIER GARCÍA, LIDER DEL PSOE LA RIOJA

 


“Diálogo, hegemonía y conflicto: claves para el socialismo riojano”. 

"No soy de los que, ante la antipolítica que practican PP y Vox, adopta una postura equidistante ni neutral. El ambiente político está envenenado principalmente por las derechas. ¡La asimetría es real y quien acaba pagando el precio es la sociedad y partidariamente la izquierda!"

El debate sobre la estrategia política en La Rioja no puede olvidar que la lucha de clases sigue presente, que el diálogo es necesario pero también lo es señalar a los responsables del conflicto social y defender la hegemonía cultural del socialismo democrático.

Se suele decir en el ámbito de la política que “no suele haber paz para los moderados”, pero lo cierto es que, como muy bien señaló Warren Buffett: “Hay una guerra de clases, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y la estamos ganando”. Digo esto para recordar que la lucha de clases existe y que una cosa es la política electoral, que se puede llevar adelante desde la gobernanza o desde la oposición, y otra muy distinta es creer que no existe el conflicto social.

Yo participo de la estrategia del diálogo y del acuerdo, pues lo he practicado en el marco sindical tanto con patronales y empresarios como con responsables políticos. Es decir, que nadie extraiga conclusiones erróneas sobre qué hacer hoy en La Rioja a consecuencia del artículo publicado por Javier García Ibáñez, líder del PSOE, en el diario La Rioja.

Aplaudo la búsqueda de espacios de entendimiento desde la coexistencia constitucional con todos los partidos del arco parlamentario, salvo con Vox —que debería ser ilegalizado—. Pero sería un error si esta estrategia socialista no pusiera frente al espejo al presidente de la Comunidad Autónoma, Gonzalo Capellán, pues, quiera o no, es copartícipe de toda una ofensiva lanzada desde la M-30 contra el socialismo democrático. Por tanto, si la puesta en escena socialista tendente a alcanzar acuerdos de región no da fruto, más pronto que tarde habrá que replantearla.

Todo lo dicho no significa aparcar el trabajo por la hegemonía cultural, porque si se pierde, el coste es enorme. Por eso, y más aún, siendo el PSOE el partido de la izquierda nuclear en nuestra región, convendría organizarse para frenar a quienes, desde Estados Unidos o desde Marte, pretendan erosionar el espacio de la moderación y la convivencia.

 

26/8/25

MODO "patriotismo"

Decía Charles de Gaulle “Patriotismo es cuando el amor por tu propio pueblo es lo primero; nacionalismo, cuando el odio por los demás es lo primero”. 

Las derechas gritan “España” pero su proyecto es viejo y bebe del nacionalcatolicismo: mantener los privilegios de unos pocos frente a la mayoría trabajadora. El PP y Vox no defienden a la patria, defiende como siempre a los poderosos. 

Ambos partidos se envuelven en banderas y gritan “patria”, pero sus políticas son un ataque directo a los trabajadores, a las mujeres y a la democracia. Desde una mirada marxista, es evidente: la derecha siempre ha estado al servicio de las élites económicas, usando el discurso nacionalista para ocultar la lucha de clases. Hablan de unidad, pero su verdadera agenda es dividir, enfrentando a unos contra otros para que los poderosos sigan acumulando privilegios. 

El patriotismo de Vox y del PP no es más que antipatriotismo. No se trata de defender al pueblo, sino de proteger a los intereses de grandes capitales y poderes extranjeros, especialmente los de Estados Unidos que ha abierto una “guerra de momento comercial planetaria contra China”. Mientras repiten la palabra “España”, promueven recortes de derechos sociales en comunidades autónomas y políticas fiscales que favorecen a los ricos. 

La patria no se defiende con odio ni con símbolos del pasado, sino con derechos, igualdad y justicia social. Defender la patria es garantizar vivienda, sanidad, educación, salarios dignos y respeto a los derechos humanos. La verdadera España está en sus gentes trabajadoras, en las mujeres que luchan, en la juventud que reclama futuro. PP y Vox pretenden disfrazarse de patriota, pero en realidad debilita al país al ponerlo al servicio de los poderosos. 

 

22/8/25

MODO: Hasta los "bemoles"


Del nazismo a Gaza: la historia no puede repetirse ante nuestros ojos. La humanidad supo derrotar a Hitler y poner fin a una maquinaria de exterminio que dejó millones de víctimas. Hoy, sin embargo, el genocidio que sufre el pueblo palestino en Gaza a manos de Israel avanza con la complicidad internacional. La lección histórica está clara: frente al horror, la indiferencia también es un crimen.

Netanyahu acelera la ofensiva israelí en la Ciudad de Gaza.  La ONU y la Cruz Roja, así como las familias de los rehenes israelíes, continúan reclamando un alto el fuego inmediato, pero el primer ministro Benjamín Netanyahu ha ordenado acelerar la toma de la localidad. Mientras Egipto y Arabia Saudí buscan una salida negociada, e incluso Hamás ha ofrecido la liberación de parte de los israelíes secuestrados, Tel Aviv ha descartado por el momento responder a las ofertas de tregua. 

Europa dirigida por partidos de derechas se ha convertido en cómplice de un genocidio. Israel ya no es el estado democrático de la década de los 60. Los socialistas, los progresistas…etc tienen que salir a la calle en Occidente a defender a los palestinos.

¿Hasta cuándo la OTAN va a consentir este asesinato en masa? ¿Cómo se derrotó al nazismo?

18/8/25

MODO “Poderoso caballero es don Dinero”

Recordando la letrilla de Quevedo, el dinero sigue siendo el amo de todas las cosas, aunque hoy viste de algoritmo, fondo buitre y lobby corporativo.  Como expresó Zohran Mamdani, el joven de 33 años que el pasado 24 de junio arrasara en las primarias demócratas por la alcaldía de Nueva York, creo que no deberíamos tener multimillonarios.

Son muchos los ciudadanos que no quieren entender que nuestra sociedad está marcada por una injusticia estructural: la división de sus miembros en dos clases desiguales y antagónicas. Por un lado, los capitalistas, que controlan los medios de producción, las finanzas y los grandes mercados, y utilizan ese control para acumular riqueza y poder. Por otro, la clase trabajadora, que solo posee su capacidad de trabajo y vive subordinada a las reglas impuestas por los intereses de una minoría privilegiada.

Ese rechazo a reconocerse como parte de la clase trabajadora está generando una mayor opresión en ámbitos como el laboral, la exclusión social, la concentración del poder mediático en unas pocas manos o el deterioro de la democracia. El desequilibrio es tal que los poderosos de turno han blindado sus posiciones, moldeando leyes, mercados e instituciones en beneficio propio y consolidando un modelo económico que normaliza la desigualdad extrema. Me viene a la mente el caso Montoro como muestra de esta tara hispana, junto a otros ejemplos como Elon Musk, Jeff Bezos o Mark Zuckerberg en EE. UU., quienes se han beneficiado de lo público para fortalecer sus fortunas.

Ante este escenario, diríase que la necesidad, la razón y la justicia exigen superar tanto la desigualdad como el antagonismo de clases, mediante una transformación profunda del orden social que permite y legitima la acumulación desmedida de riqueza y poder en pocas manos.

Tal es el “desclasismo” que hasta los más militantes de la idea —donde prima la política electoral y no tanto la política con mayúsculas— ponen cara de extrañeza cuando se les recuerda que el PSOE tiene por aspiración la completa emancipación de la clase trabajadora, entendida como la abolición de todas las formas de explotación y opresión, y la construcción de una sociedad de trabajadores libres, iguales, solidarios y responsables de su destino común.

Esta flagrante contradicción —me refiero al no querer o saber que formas parte de la clase oprimida— es lo que permite que calen discursos según los cuales, gracias a los millonarios, vivimos mejor. Error de bulto: estos poderosos no son el resultado de un mérito excepcional, sino de un sistema que socializa los riesgos y privatiza los beneficios, pues sus fortunas dependen de infraestructuras financiadas colectivamente —carreteras, puertos, sistemas legales, educación pública, investigación científica— y del trabajo de millones de personas invisibilizadas.

En este mundo tan desigual, donde la economía se ha globalizado —pero no así los derechos humanos—, vemos cómo coexisten fórmulas de gobierno tan dispares como las generadas en la Unión Europea, EE. UU. o los BRICS, pero en ninguna de ellas se han reducido las grandes fortunas; es más, todo apunta a una mayor concentración. De ahí que sea necesario clamar, como europeos, en favor del aseguramiento de una democracia social, frente a la iliberal que cuestione las bases de un modelo que permite la existencia de multimillonarios como símbolos de un sistema fallido.

17/8/25

MODO CABREO

Soy de la opinión de que en política funcionan los “vasos comunicantes”, y de ahí surge todo el enjambre de reuniones, pactos y estrategias partidarias que se diseñan.

Hoy, a diferencia del PSOE, el PP y Vox han decidido deshumanizar a Pedro Sánchez: ya no lo consideran un adversario político, sino un enemigo.

Por eso me pregunto si es posible mantener a Gonzalo Capellán en silencio, como si no formara parte de ese engranaje. Cada día resulta más difícil imaginar acuerdos con el presidente de La Rioja, porque —nos guste o no— su partido entiende la política como una acción en beneficio propio y no de la sociedad. Hay que generarle contradicciones que le supongan incomodidad.

Dos ejemplos significativos: 

1º. Hace apenas unos días, en Lanzarote, el PP registró una moción para declarar persona non grata al socialista Pedro Sánchez, el más ilustre veraneante de Costa Teguise. 

2º. La doble vara de medir del PP exigiendo en un tono despectivo, chulesco y acusador la comparecencia de tres ministros encausándoles como si fueran los responsables de los incendios en España, y así proteger a sus presidentes autonómicos y habilitando el Senado en agosto.

Podríamos pensar que eso ocurrió muy lejos de La Rioja y que no nos afecta. Pero la pregunta es inevitable: si el vecino de enfrente insulta y ultraja a otro, ¿qué hacemos? ¿Mirar para otro lado … o decir con firmeza: “¡Basta!”?

12/8/25

MODO ERÓTICO. PIRATAS DE AGOSTO

Sentado frente el televisor surfeo entre las olas grises de Gaza, la marea creciente de desigualdad y la niebla espesa de políticos mediocres, siento la necesidad urgente de izar velas, filtrar el ruido y encontrar corrientes limpias que mantengan vivo mi pensamiento crítico.

No sé si soy un pirata de sangre caliente o un bucanero de puerto incierto, pero lo cierto es que navego con el mando a distancia como timón, buscando orillas donde las noticias no me arponeen el ánimo.

En este mar agitado, donde el mundo —guste o no a EEUU— se ha vuelto multipolar (nada que ver con el poliamor, aunque la tentación siempre esté ahí), me debato entre COMPLEMENTAR o SUSTITUIR la información que recibo… o bien sumergirme como un pez tímido y evitar la superficie.

Dicen que, en la cartografía de la infidelidad que los hombres preferimos COMPLEMENTAR y las mujeres SUSTITUIR. No sé si es o no cierto. Si traslado esa lógica de alcoba a la política, admito que a menudo entro en MODO ERÓTICO: me abro a travesías nuevas, a caricias de ideas, a sensaciones que rozan lo prohibido y me arrancan —aunque sea un instante— y así atajo la áspera realidad que los poderosos nos imponen como grilletes invisibles. Y sí, funciona como el mejor de los afrodisíacos.

Cuando recupero el pulso tras tanto infortunio y dejo caer el mando del televisor sobre la mesa como un sable en reposo, respiro hondo y me lanzo otra vez al abordaje del activismo. Confío en que las endorfinas que, en un día luminoso, descubrí en agradable compañía del sexo opuesto, como buenas aliadas de cubierta, me ayuden a luchar contra la sal corrosiva del odio y contra las corrientes mortales que quieren hundirnos.

 

 

 

 

 

 

11/8/25

MODO HISPANO. "ESPAÑA. ENTRE EL MITO Y EL ENGAÑO"

Pongamos que hablo en plan irónico, por aquello de escapar del círculo telegénico donde, día tras día, solo vemos noticias catastróficas que nos empujan a perder la mirada en la lejanía del televisor del salón, olvidando el análisis crítico de lo que nos sirven —ya mascado— las dichosas agencias de comunicación.

Me alarma el creciente número de compatriotas que añoran una España que nunca existió: un país donde todos sus habitantes, uniformados en creencias morales, éticas y costumbres, moldean una nación “grande y libre” que bebe de la dictadura franquista. Y es ahí donde aparece el monstruo de Vox, un partido que está contra el SMI, las pensiones, la igualdad de género… y un largo etcétera.

Y yo me pregunto: ¿desde cuándo las derechas han favorecido a los trabajadores o a las clases populares? El engañabobos es tal que cualquiera que no encaje en esos parámetros se convierte automáticamente en enemigo.

Así, un tal Abascal se vende como prototipo de “españolidad”. Además de ser falso, evidencia la guerra cultural importada desde Estados Unidos, cuya plataforma política en España es Vox.

Quiero terminar con el mejor antídoto: el humor. Fíjense en la foto que acompaña este texto. Tan español es quien les escribe como Abascal o Abderramán II. ¡Ya basta de falsos estereotipos! Por cierto, Jesús de Nazaret, ese sí que no nació en la Hispania romana.

 

10/8/25

SAGASTA Y EL MOVIMIENTO OBRERO

Comparto la celebración y participación de cuantos actos se desarrollen entorno a los 200 años del nacimiento de Práxedes Mateo Sagasta, pero aprovechemos también para poner de relieve el pensamiento que tenía sobre las organizaciones de los trabajadores en aquella España.

Sagasta, como liberal destacado de la Restauración, veía en principio con recelo a los movimientos obreros y a las primeras organizaciones de trabajadores que comenzaban a surgir en España a finales del siglo XIX. Consideraba que estos movimientos, inspirados en el socialismo y el anarquismo europeos, podían poner en riesgo el orden social y político construido tras la restauración borbónica de 1874.

Como líder del Partido Liberal en la Restauración, se situó dentro de un liberalismo de corte reformista prudente. Según Santos Juliá, el liberalismo de Sagasta “experimentaba un agotamiento doctrinal” al final de su trayectoria, marcado por su resistencia a aceptar demandas sociales más profundas.

Este agotamiento iba acompañado de una retórica que, si bien defendía libertades formales como la asociación y la prensa, establecía límites estrictos frente a iniciativas que consideraba revolucionarias.

Esa división era palpable en relación a los movimientos obreros. En España y Europa, tras el éxito temporal de la Comuna de París en 1871 y el auge de la Primera Internacional, los gobiernos liberales y conservadores identificaron a las organizaciones obreras con la subversión. Recordemos que, en el Parlamento español, la sección nacional de la AIT fue propuesta para ilegalizarse bajo acusaciones de que sus “dogmas condenan el Estado, la religión, la familia, la propiedad…”. Sagasta compartía junto a otros la percepción oficial que veía en esos movimientos una amenaza al sistema liberal-burgués.

En contraste con otros liberales más abiertos, Sagasta recurrió con virulencia al discurso satanizando a la Primera Internacional tildándola como “utopía filosófala del crimen”, una fórmula que sintetiza tanto su rechazo intelectual —lo calificaba de irrealizable— como moral y político —lo calificaba de peligroso—. Esta definición subraya su postura partidaria e ideológica donde las reformas eran admitidas solo dentro del orden parlamentario, pero no así las transformaciones profundas que exigía el movimiento obrero.

Desde la óptica historiográfica, Manuel Tuñón de Lara recordó que el poder durante la Restauración no solo se sostenía por el control electoral y la alternancia, sino por la contención del movimiento obrero, considerado por la oligarquía y el caciquismo como elemento desestabilizador del “bloque de poder” dominante. Para este historiador, ese liberalismo “normalizador” había sido capaz de conceder ciertas libertades institucionales, pero a costa de evitar cualquier reforma que pusiera en cuestión el orden económico y social establecido.

El que calificó de ‘utopía filosófala del crimen’ no solo reflejaba una opinión personal, sino también la actitud general de una élite política liberal europea, empeñada en preservar la estabilidad y contener al proletariado organizado. Una forma de liberalismo que admitía reformas progresistas, pero rehusaba la justicia social entendida como redistribución activa de lo económico.”

Frente a este posicionamiento cabe recordar lo escrito por Pablo Iglesias Posse, en EL SOCIALISTA el 25 de noviembre de 1892, sobre la denominada “revolución social” que señala la importancia de dar a conocer a los trabajadores la causa de su inferioridad social, huyendo de la violencia.

Conclusión. Desde una perspectiva actual puedan parecer medidas tímidas, los liberales impulsaron avances importantes en su época, como la Ley de Asociaciones de 1887, que legalizó sindicatos como la UGT y permitió la actividad del PSOE, y la Ley del Jurado de 1888, que fortaleció la libertad de imprenta al eliminar la censura previa y limitar la jurisdicción militar en delitos de opinión. Juzguen ustedes.

Referencias:

·         Santos Juliá: describe el “agotamiento doctrinal” del liberalismo sagastino al cerrar la puerta a las demandas obreras Wikipedia+10revistas.ucm.es+10OpenEdition Journals+10Wikipedia.

·         Debate parlamentario sobre la Primera Internacional: acusada de atentar contra el Estado, la religión, la familia y la propiedad Wikipedia.

·         Manuel Tuñón de Lara: destaca la función del liberalismo restauracionista en contener las demandas sociales para mantener el “bloque de poder” revistaaportes.com+1nodulo.org+1.

·         El Gobierno de Sagasta (1885-1890), Eduardo Montagut https://www.nuevatribuna.es/articulo/historia/gobierno-sagasta-1885-1890/20161124135546134122.html

 

4/8/25

GAZA: Hay noticias que pasan por debajo del radar.

Hamás se niega a entregar las armas hasta que no exista un Estado palestino, lo que aleja la posibilidad de una tregua en Gaza. Israel anuncia la anexión de Gaza.


Muerte y desesperación, a las que hay que sumar el hambre como instrumento de guerra por parte de Israel, son el pan nuestro de cada día con el que desayunamos los europeos.

Pero quiero poner el acento en hechos que no suelen ser noticia, que —salvo error— no abren portada en los periódicos ni en los telediarios. Me refiero a lo que está ocurriendo entre bastidores. Ejemplos:

El 23 de abril de 2025, la aparentemente desaparecida Autoridad Palestina / OLP —es decir, Mahmud Abás—, durante una sesión del Consejo Central Palestino, urgió a Hamás a desarmarse y a entregar el control político de Gaza, liberando también a los rehenes, como única forma de garantizar estabilidad y legitimidad ante la comunidad internacional.

El 24 de abril de 2025, en El Cairo, la Liga Árabe respaldó oficialmente la postura de Abás, declarando que la OLP debe ser el único representante legítimo del pueblo palestino y la autoridad que controle el territorio, y que Hamás debe entregar las armas y el poder en Gaza.

Posteriormente, a finales de julio de 2025, Qatar, Arabia Saudí y Egipto, junto con la UE, el Reino Unido, Canadá y otros 17 países, emitieron una declaración conjunta exigiendo explícitamente que Hamás se desarme, abandone Gaza y transfiera el poder a la Autoridad Palestina como base para una paz sostenible, el acceso a financiación internacional y la reconstrucción bajo supervisión externa.

El 2 de agosto de 2025, Hamás reafirmó que no depondrá las armas sin el reconocimiento de un Estado palestino soberano con Jerusalén como capital, directamente vinculado a estas presiones internacionales.

Mientras se gestan estas reuniones —y otras que probablemente nunca lleguemos a conocer—, espero que el largo camino hasta la esperanzadora apertura de la 80.ª Asamblea de la ONU no sea tan tortuoso como lo que hemos visto hasta ahora.

Diríase que estamos en un punto que remite a la vieja pregunta de qué fue primero: ¿el huevo o la gallina?

Mientras tanto, sigamos tomando conciencia en favor de los Derechos Humanos, y que, finalmente, los responsables del genocidio en Palestina —le guste o no a Estados Unidos— terminen ante los tribunales internacionales.

16/7/25

QUE NO NOS PARALICE LA INACCIÓN INTERNACIONAL


Es indecente contemplar cómo se prolonga en el tiempo el asesinato de miles de palestinos mientras las instituciones internacionales permanecen inmóviles. Ya no basta con expresar un firme apoyo al pueblo palestino —lo cual está muy bien— ni con denunciar la “catástrofe humanitaria de proporciones estremecedoras” que vive la Franja de Gaza.

Más allá de las diferencias ideológicas y partidarias, quienes nos identificamos con los Derechos Humanos debemos hacer todo lo posible para detener este genocidio, claramente consentido por Estados Unidos y las oligarquías árabes, entre otros actores. Esto, sin embargo, no exime a la Unión Europea de su parte de responsabilidad. Israel —o, si se prefiere, su gobierno y quienes dentro del país apoyan estas políticas— es responsable de la muerte, el exilio y la ocupación sistemática del pueblo palestino.

En este contexto, es imprescindible exigir el cumplimiento inmediato de las medidas cautelares dictadas por la Corte Internacional de Justicia para prevenir un posible genocidio en Palestina. Es urgente el cese de la violencia en Gaza, el levantamiento del asedio, la entrada segura de ayuda humanitaria mediante corredores permanentes, así como la consecución de un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes, el respeto al derecho internacional y el avance hacia una solución política justa que incluya el reconocimiento pleno del Estado palestino según las resoluciones de la ONU.

Por todo ello, la concienciación y la movilización ciudadana que están llevando a cabo infinidad de colectivos son claves para que nuestros gobernantes continúen trabajando a favor de la paz. Posturas como la adoptada por el Gobierno de España resultan fundamentales en el ámbito internacional, aunque a algunos les parezcan insuficientes. Personalmente, las aplaudo.

Quiero concluir mencionando una iniciativa que, aunque quizá no obtenga gran repercusión mediática, me parece un llamado a la conciencia de quienes creemos en el Derecho y en la Europa de las libertades. Se trata de un grupo de juristas expertos en derecho internacional que, el jueves 17 de julio, presentó ante el Tribunal de Justicia de la UE un recurso por “omisión de actuación” contra la Comisión y el Consejo de la UE, denunciando su inacción frente al genocidio en Gaza y su falta de respuesta ante las masacres perpetradas por el gobierno de Netanyahu.

3/7/25

ANTE EL COMITÉ FEDERAL: ¡qué hacemos con el partido?

 Hasta la II República, el PSOE y el Gobierno de la nación caminaban por sendas separadas. Fue con la Transición y el ascenso de Felipe González cuando el partido rompió con su tradición y abrazó un modelo cesarista y partitocrático que hoy sigue pesando como una losa.

Navegamos en aguas turbulentas. A bordo de la nave socialista se han subido truhánes que la Justicia en su momento determinará. El motor de la nave apenas ruge y las olas amenazan con hacernos naufragar. Pero no podemos detenernos: si el barco se para, se hundirá. 

La militancia socialista está ahí, formada, dispuesta a ser llamada como cuerpo expedicionario para arrimar el hombro y sacar al partido del atolladero. A la Dirección Federal le toca no desperdiciar la que quizá sea la última oportunidad.

Cuando tome el timón un nuevo equipo en el área de Organización, deberá grabarse a fuego una máxima: “un objetivo sin un plan es sólo un deseo”. No basta con invocar los 146 años de historia. La longevidad no garantiza futuro. El socialismo no es un milagro, es una lucha organizada. Y esa lucha pasa por el trabajo institucional, sí, pero también por el activismo en la calle.

El daño al partido —y sus consecuencias electorales— aún está por verse. Pero uno de los males que carcomen nuestras entrañas es la mal entendida y practicada democracia interna. Hemos convertido las primarias en un trámite casi imposible: de los avales accesibles del 39º Congreso (1% federal, 2% regional, 3% provincial) saltamos en Sevilla al 41º Congreso con exigencias asfixiantes (10%, 12% y 15%, respectivamente).

A ello se suma una década de tropelías que han dejado a las corrientes de opinión, como Izquierda Socialista en una situación digámoslo compleja.

Con los actuales Estatutos, y salvo que el Comité Federal del 5 de julio haga una interpretación “flexible” y valiente de los mismos, parece complicado revertir los déficits democráticos y abrir la participación y la proyección-empoderamiento de la militancia. Convocar un Congreso Federal extraordinario ahora sería casi una quimera en estas circunstancias.

Lo máximo a lo que podemos aspirar —y no es poco— es a organizar en septiembre una Conferencia Política y de Organización verdaderamente amplia, con delegados elegidos en listas abiertas, cuyo objetivo sea recuperar una democracia interna perdida y reinstaurar de forma contundente un principio olvidado: “Un/a socialista, un cargo”
.

2/7/25

EL PSOE Y LAS CONTRADICCIONES DEL PP DE FEIJÓO

El “caso Cerdán” ha desatado un terremoto político. Para el Partido Popular, era la oportunidad perfecta para golpear al gobierno de España. Pero lo que debía ser una jugada maestra ha acabado dejando en evidencia los límites —y las hipocresías— de la estrategia de Alberto Núñez Feijóo.

Desde el PSOE, se declara que Cerdán “no tiene nada que ver con el Partido Socialista”. Puede parecer una frase demasiado tajante, pero responde a una lógica clara: en un momento delicado, y el partido tiene que proteger su hoja de servicios y, sobre todo, su credibilidad ante la ciudadanía progresista.

Pero más allá del golpe, hay que entender el contexto. Porque lo que está en juego no es solo una figura concreta, sino un proyecto político que incomoda a las derechas. No es la primera vez que un dirigente socialista se ve envuelto en una controversia, como tampoco es nuevo que la derecha intente convertir errores individuales en crisis de Estado. Lo realmente preocupante es cómo Feijóo intenta sacar rédito político sin importar el precio democrático: esta vez, impulsando una moción de censura sin apoyos reales, con Junts y el PNV dándole la espalda.

Y aquí se revela la contradicción: Feijóo necesita a Junts para derribar a Sánchez, el mismo partido al que ha llamado “golpista” y del que renegó públicamente. ¿En qué quedamos? Si tan ilegítimos son para pactar, ¿por qué buscar ahora su respaldo? Lo que en boca de Sánchez es “traición”, en Feijóo se convierte en “responsabilidad de Estado”. Es un doble rasero difícil de digerir para cualquiera que aspire a una política mínimamente coherente.

En paralelo, dentro del PSOE se abre un debate interno inevitable. A pocos días del Comité Federal, muchas voces reclaman una regeneración profunda: nuevos liderazgos, nuevas formas de hacer política, y una vuelta al contacto real con la militancia y la calle. Es un ejercicio necesario, porque el partido que más ha hecho por la modernización y los derechos en este país no puede permitirse el lujo de perder el vínculo con su base social.

Pero también hay que poner el foco en lo que está detrás de este nuevo ataque al Gobierno. Pedro Sánchez no es el objetivo por casualidad. Es el blanco porque representa algo que la derecha no puede digerir: una izquierda que gobierna con eficacia, que sube el salario mínimo, que refuerza el escudo social, que apuesta por la convivencia territorial y que está en sintonía con la mayoría del país. Y eso, para ciertos sectores económicos, mediáticos y judiciales, es intolerable.

Ya lo hemos visto antes en la historia del socialismo español. Desde a Pablo Iglesias Posse a José Luis Rodríguez Zapatero también intentaron destruirlos desde los mismos poderes fácticos. Hoy lo vuelven a intentar con Pedro Sánchez, utilizando bulos, querellas sin base y titulares tóxicos. No es crítica legítima: es una campaña orquestada de descrédito personal. Y lo hacen porque saben que no pueden ganarle limpiamente en las urnas.


Conclusión.
Defender a Pedro Sánchez hoy no es solo defender a un presidente: es defender un modelo de país donde la política se hace para la mayoría, no para las élites.

Y eso, para quienes creemos en una izquierda útil y transformadora, sigue mereciendo la pena.

 

13/6/25

NO TODOS LOS PARTIDOS SON IGUALES

En tiempos de ruido, bulos y frases de bar, conviene tener las ideas claras: el PSOE no es el PP. Ni ha sido condenado por corrupción, ni su líder aparece en papeles B. Pero para que eso siga siendo cierto, los socialistas deben reaccionar con firmeza ante cualquier sombra de duda. Porque si algo distingue a la izquierda es que no traga con la corrupción, ni aunque venga de los suyos.

Repasemos un poco la historia y seamos claros:
El PSOE no tiene su sede pagada con dinero robado, como sí ocurrió con el PP.
El PSOE no tiene exministros condenados por corrupción como Matas, Rato o Zaplana.
El PSOE no tiene a su líder apuntado en una contabilidad B por sobresueldos en billetes de 50 euros.
Y lo más importante: el PSOE no ha sido condenado como partido por corrupción.

¿Por qué digo esto ahora? Porque, tarde o temprano, la gente va a tener que elegir entre dos opciones:

·         El PP de Feijóo, apoyado por la ultraderecha.

·         El PSOE, junto con otras fuerzas progresistas e independentistas.

Esa será la elección, y en ese momento es mejor tener claro de qué estamos hablando, sobre todo cuando aparece algún cuñado diciendo que todos los políticos son iguales, que si "corrupción, cocaína y putas".
No, no todos son iguales.

El PSOE, a diferencia del PP, sabe lo que es pedir perdón. Analiza lo que ha pasado, reconoce errores, asume las consecuencias y toma medidas. El PP, en cambio, prefiere mirar para otro lado y fingir que no ha pasado nada. Mira a Camps, por ejemplo: ahí está, intentando volver como si lo suyo con los trajes y la corrupción fuera cosa menor. O a Feijóo resucitando viejas caras del pasado.

Por lo que representa el PSOE –un partido progresista, con una historia de lucha social y compromiso democrático–, no puede permitirse tolerar la corrupción. Ya sabemos lo que pasó en los años 90, cuando la corrupción acabó hundiendo al felipismo. Si Sánchez diera señales de tapar escándalos o proteger a gente corrupta, la militancia no lo permitiría.

Así que calma. Que no cunda el pánico.

Sánchez lleva siete años en Moncloa. Ha tenido momentos difíciles, sí. Pero si sigue firme contra la corrupción –la real, no los bulos sobre su mujer, su hermano o el fiscal general–, su disculpa por haber confiado en quien no debía puede ser creíble.

Además, Feijóo no tiene los apoyos suficientes para echarle. Y eso es porque asusta a muchos partidos democráticos, por un motivo u otro. Tendrá que seguir esperando... si es que Ayuso (Madrid) se lo permite. Mientras un tal Bonilla (Andalucía) se frota las manos.

9/6/25

¡VIVA LA DEMOCRACIA SOCIAL!

Las elecciones, verdadero sostén del sistema democrático, allá donde se dan, marcarán el rumbo político de regiones clave en el mundo. En Europa, el calendario electoral tras pasar por las últimas citas en Polonia, Rumanía, Albania, Moldavia y Portugal dejan un mapa político complejo. Veremos qué pasa en Noruega y la República Checa. 

Todos estos ciudadanos europeos han tenido o tendrán la posibilidad de elegir qué modelo de sociedad quieren. Más social o más individual. Muchos analistas nos hablan de que cada vez más gente siente que el modelo neoliberal está agotado. No solo porque ha dejado de dar respuestas, sino porque ha generado problemas profundos: precariedad, desigualdad, inseguridad vital y una democracia cada vez más débil. Entonces, ¿qué viene ahora? 

Desde los centros de poder solo nos plantean dos caminos: continuar con el modelo de siempre —desregulación, privatizaciones, recortes y una política sometida a intereses económicos— o apostar por una ultraderecha que se disfraza de antisistema, pero que protege los mismos privilegios, persigue la disidencia y recorta derechos. Ambas opciones nacen del mismo sistema: un capitalismo que ya no sirve a la mayoría ni ofrece un futuro digno. Estos últimos los conocemos muy bien por España. Se apropian del lenguaje del pueblo, usan el miedo como pegamento, se disfrazan de antisistema, reescriben el pasado y atacan los derechos como si fueran privilegios. 

Ambas opciones parten del mismo modelo: un capitalismo que ya no funciona para la mayoría donde además la derecha clásica en muchos países blanquean el odio y la mentira y, la llamada «internacional reaccionaria», con epicentro en la Casa Blanca, viene interviniendo activamente en los procesos electorales europeos, impulsando candidaturas de extrema derecha y tejiendo alianzas destinadas a desestabilizar el proyecto democrático del viejo continente y, ninguna ofrece un futuro mejor. 

Mucha gente, desesperada y sin alternativas claras, ha dejado de votar a las opciones clásicas que desde la Segunda Guerra Mundial vienen operando y se han pasado a la extrema derecha, que no a la izquierda radical. No porque compartan su discurso, sino porque esperan un cambio real. Culparles desde el bloque progresista por eso es no entender su situación. El problema no es su voto; el problema es que no se está siendo capaz de ofrecer soluciones que conecten con sus vidas. 

Frente a este capitalismo salvaje solo hay una salida con futuro: recuperar la esperanza en un proyecto de transformación profunda, en favor de la libertad y la igualdad. Si lo prefieren -por aquello de no asustar-, póngale usted mismo el nombre. ¡Viva la democracia social!

7/6/25

ROBERTO MADORRÁN UN VETERANO SOCIALISTA


Hace ya varios días que el compañero Roberto Madorrán nos dejó a sus 84 años. Para muchos será simplemente un ciudadano más, pero para quienes formamos parte de la familia socialista, Roberto ha sido —junto a otros tantos— una pieza fundamental para entender la historia del PSOE en Logroño, en La Rioja, y en el avance de la democracia en nuestra tierra.

Terminando la década de los 70, y en La Rioja, como en el resto del país, se respiraba un aire de esperanza, de miedo, y también de dignidad. El franquismo se deshacía lentamente, pero no sin resistencias. Aún se militaba en la clandestinidad, en locales discretos, en conversaciones a media voz. Fue en ese contexto en el que conocí a Roberto, un logroñés valiente que con ardor defendía sus sus ideas. Él representaba esa generación que no bajó los brazos, que trabajó sin focos ni homenajes para que hoy tengamos los derechos y libertades que disfrutamos.

Años más tarde, tuve el placer de reencontrarme con él pues Roberto trabajaba un oficio noble y discreto, cercano a uno de los que tuve siendo aprendiz. Yo había empezado en un taller donde se moldeaba el oro: pulseras, alianzas, pequeñas joyas cargadas de historia. Él, con la misma precisión y cariño, atendía su taller, ubicado frente a la entonces Delegación de Hacienda, hoy Agencia Tributaria.

Ya como secretario general de UGT en La Rioja, no faltaba nunca la visita  anual a su despacho para encargarle una insignia especial que cada 1º de Mayo entregábamos a aquel sindicalista que considerábamos que se la había ganado con creces. Roberto ponía en cada insignia no solo su oficio, sino su historia, su militancia, su compromiso.

No puedo cerrar este pequeño homenaje sin mencionar a su compañera, Fe Castresa. Gracias, Fe, por caminar a su lado, por compartir con todos nosotros su luz y su compromiso.

Que la tierra te sea leve, compañero Roberto. Hasta pronto.

28/5/25

VISTO LO VISTO. OJO POR OJO

 

El peso del pasado reciente de Alemania condiciona su presente diplomático. Mientras tanto, el mundo asiste con impotencia al drama de Gaza, atrapado entre el cálculo político, la crueldad y la indignación moral que crece lentamente en las calles.

La posición del Gobierno alemán respecto a la guerra en Gaza es, en esencia, el fruto de un complejo de culpa histórico. Y la culpa es una fuerza poderosa: paraliza, nubla el juicio, nos encierra en decisiones motivadas por el miedo al error ya cometido, en lugar de guiarnos por la esperanza de un bien futuro.

Pero no se puede seguir mirando hacia otro lado ante un genocidio que se televisa día tras día. No se trata ya solo de cifras ni de geopolítica: lo que ocurre en Gaza y Cisjordania es una tragedia humana constante, y cada vez percibo con más claridad el hastío y la desesperación en mi entorno. ¿Cuánto más debe ocurrir para que la muerte deje de campar a sus anchas en Palestina?

En medio de esta impotencia, me descubro soñando con un mundo donde el odio sea una "avis rara", una rareza que nos sorprenda, no una plaga cotidiana. Pero hoy, ese odio parece la octava plaga de Egipto que faltaba por desatarse.

Sé que lo que voy a decir resulta contradictorio, incluso odioso, pero no puedo evitarlo: deseo la desaparición inmediata de Netanyahu. El gobierno de Israel no son los defensores de la Ley del Talión. Pue eso, que empiece el baile. Trump y Merz tienen mucho que decirnos.

27/5/25

EL SUPUESTO CAOS REVITALIZA AL PP

 No hay caos, aunque la derecha se esfuerce en instalar esa idea. Lo que hay es ruido, confusión interesada y una ofensiva narrativa bien construida. Y ante eso, el PSOE tiene un reto: explicar mejor, con claridad y sin complejos, lo que está haciendo. Porque si la política se convierte en una batalla de percepciones, no basta con gobernar bien. También hay que contarlo bien. 

Cada uno puede elegir el sondeo que más le convenga para armar su relato, pero lo que empieza a tomar cuerpo es una sensación que favorece a la derecha: entre la desafección que nutre a Vox y la arrogancia sustentada por bulos que impulsa al PP, el bloque conservador sigue sumando. Y si nadie lo impide, seguirá creciendo. 

En este contexto, la izquierda —y especialmente el PSOE— no puede permitirse seguir gestionando el día a día como si fuera suficiente. No lo es. Hacer política institucional está bien, pero hoy es igual de importante diseñar una estrategia para combatir, desde abajo y desde arriba, el clima de descrédito que se extiende como una niebla densa. Una niebla que alimentan portavoces de toda índole, reforzando la idea de que España es un país al borde del colapso. 

Los socialistas estamos obligados a defender la democracia social.

La última encuesta del CIS enciende las alarmas: PP y Vox alcanzarían juntos la mayoría absoluta con 182 escaños. El PP, por sí solo, ha recuperado ocho diputados en solo un mes. 

El apagón informativo ha dejado el campo libre a una derecha que ha sabido vender la teoría del caos: las consecuencias de la DANA, los fallos en los trenes, el bloqueo parlamentario, las tensiones con Junts, los choques internos en el Ejecutivo, la división en la izquierda… Todo se presenta como prueba de un país que se descompone. Incluso una medida tan potente como la reducción de la jornada laboral queda eclipsada. 

Los datos del CIS lo confirman: el PSOE cae al 29,4% en estimación de voto, su peor registro del último año, dos puntos por debajo del resultado que obtuvo en las elecciones generales. Hay un problema claro de movilización: más de 700.000 votantes socialistas están hoy desactivados. Algunos migran hacia el PP; otros, simplemente, se quedan en casa. 

La mentira como estrategia

Y si a eso le sumamos la fragmentación a la izquierda del PSOE, la foto es aún más preocupante. Podemos y Sumar están prácticamente empatados en intención de voto, con solo 1,9 puntos de diferencia, la menor distancia registrada hasta ahora. Las negociaciones entre ambas formaciones se avecinan complicadas, por no decir imposibles y el número de escaños que sumarían juntos se ha desplomado a la mitad de lo que obtuvieron en julio de 2023. ¿Qué hará IU? 

Todo esto ocurre, paradójicamente, en un contexto sin crisis económica. Ni las expectativas personales ni la percepción general del país están hundidas. España no se rompe por mucho que lo diga el PP. Lo que hay es un rechazo creciente a la clase política. Así los partidos y los políticos son hoy el principal problema para el 14% de los ciudadanos, por encima incluso de la vivienda o el desempleo. 

La conclusión es clara: no hay caos, pero sí hay un relato del caos que está funcionando. Y si la izquierda quiere cambiar el guión, tiene que dejar de mirarse el ombligo. El PSOE necesita ordenar, visibilizar y popularizar lo que hace. Y su militancia, activarse en la calle, barrio a barrio, conversación a conversación. Solo así podrá volver a ser el referente, no solo de la izquierda, sino de toda una mayoría social que no quiere retrocesos. 

 

 

11/5/25

NO SE PUEDE SER NEUTRAL

Días atrás, al ver pasar una de tantas procesiones, comenté con ironía: “Si por cada golpe de tambor dado por cualquier cofrade resucitara un palestino, me hubiera sumado con gusto al cortejo. ”Pero el milagro no se hizo carne.

Hace apenas unos días asistimos, simbólicamente, a los funerales del Papa Francisco. Aquel acto congregó a poderosos de toda índole y a personas de buena fe para despedir al Sumo Pontífice, vicario de Cristo, sucesor de San Pedro en el gobierno de la Iglesia Católica, cabeza visible de esta institución y guía espiritual de millones de fieles.

Sin embargo, al contemplar hoy lo que continúa sucediendo en Oriente Próximo, me atrevo a afirmar que ni el catolicismo ni ninguna otra religión parecen tener la fuerza necesaria para detener las guerras, los exilios y los genocidios actuales. Me temo que, aun si todos los seres vivos del planeta —creyentes o no— nos flageláramos como penitentes de San Vicente de la Sonsierra, los poderosos y los tiranos que nos gobiernan no detendrían el saqueo, el expolio ni la muerte que siembran.

Lo digo porque la religión, en muchos casos, no es más que un desdoblamiento deformado de la realidad. Un mundo invertido. Las personas crean a los dioses buscando consuelo espiritual, pero luego se presenta como si fuera un dios quien crea al ser humano y su mundo. Esta inversión nos confunde y nos paraliza. Y así nos va.

Por eso, he dejado atrás la ilusión de que algún milagro traiga la paz a Ucrania, Palestina o Sudán. Prefiero refugiarme en el pensamiento crítico, en los libros que no se doblegan ante dogmas ni supersticiones. Como diría alguien: “Somos hijos del Siglo de las Luces”, cuando la razón, el conocimiento y el impulso modernizador se convirtieron en bandera de una humanidad que aspiraba a superar su oscuridad.

Pero leer no basta. La lectura debe conducir a la acción. Y hoy más que nunca, sigue siendo válida la meta de construir una sociedad mejor, que supere este presente y el futuro distópico que algunos están proyectando.

Porque no hay que mirar muy lejos: en todos los continentes las sociedades están cada vez más fracturadas. La brecha entre quienes tienen y quienes servimos a sus intereses se ensancha, y los de abajo estamos cada vez peor.

En este contexto global, creo que el deber de cualquier persona —por simple instinto de supervivencia— es apoyar todas las causas que busquen frenar este sistema que genera miseria, enfermedad, opresión y muerte para millones en todo el mundo.

Seguramente, habrá quien piense que estoy siendo partidista, o incluso excluyente. Yo no lo creo. Al contrario, hoy más que nunca debemos dar la bienvenida a la participación de toda persona, sin importar su nacionalidad, color de piel o creencias religiosas. Porque lo que enfrentamos no es sólo una guerra comercial: es un intento de sometimiento global, alimentado tanto desde la Casa Blanca como desde el Kremlin.

No hay más que recordar las palabras del propio Papa Francisco, o las del socialista y Secretario General de la ONU, António Guterres, en los últimos años. Ante tanta injusticia, no se puede ser neutral.

18/4/25

EN RECUERDO DE ELÍAS DÍAZ. UN EJEMPLO DE UN SOCIALISTA DEMOCRÁTICO

Para los que no saben cómo dejar un partido centenario como es el PSOE, que se agarran a los falsos ciberamigos y cual tiovivo dan vueltas y vueltas sin encontrar un relato que aclare su marcha. Lean lo que a continuación expongo y que parcialmente copio de un obituario firmado por Manolo de la Rocha exPortavoz de Izquierda Socialista.*

El pasado 3 de febrero murió, tras una larga enfermedad, Elías Díaz, catedrático de Filosofía del Derecho, intelectual comprometido con la memoria del socialismo de nuestro país y maestro de una importante escuela de profesores y de varias generaciones de estudiantes. En ese socialismo nos legó su pensamiento y el ejemplo de su militancia. 

Elías se definía a sí mismo como socialista democrático, que diferenciaba en muchas ocasiones de la socialdemocracia, como mero reformismo, y por supuesto, del leninismo y del anarquismo. Un socialismo “que es bien consciente de la necesidad de transformar las relaciones capitalistas de producción … a través de un fuerte control colectivo del mercado y de la propiedad de los medios de producción”, pronunciándose a favor de “una economía mixta con planificación democrática” y de lo que ha llamado reiteradamente una participación de todos los ciudadanos en los resultados, en educación, salud, pensiones, etc. 

Su socialismo, pues, está muy entroncado con su concepción del Estado Democrático de Derecho, entendido no sólo como democracia formal-liberal, sino también como democracia económica con pleno cumplimiento de los derechos humanos para todos y como medio indeclinable de transformación, en la tarea progresiva ´de configurar una sociedad socialista. 

Grandes y diferenciadores conceptos que hoy intercambian y confunden muchos de nuestros líderes intentando no asustar a la ciudadanía. Esto sí que podría dar paso tras una reflexión a marchar o quedarse en un partido. Me refiero a las sensibilidades ideológicas y a la coexistencia de todas ellas en una misma formación. A sí que si no es por esto, entonces es por egocentrismo. En fin, lean a Luis Gómez Llorente...Al pan, pan y, al vino vino.