19/4/20

CORONAVIRUS: SUPERSTICIÓN O CIENCIA


La devoción por la Virgen de la Esperanza viene de la Edad Media, aunque no fue patrona oficial de Logroño hasta 1948. El 18 de diciembre de 1976, cuando el pleno municipal le concediera el título de «alcaldesa mayor de la muy noble y muy leal ciudad de Logroño. Como vemos, todo ello previo a la Transición Democrática

Señalaba el filósofo italiano Umberto Eco que entre otras señales del fascismo se encuentran “El culto a la tradición y las raíces” y “El rechazo a las ideas modernas”. Como sé que lo que escribo me lo miran con lupa, vaya por delante que respeto la libertad religiosa pero no me digan ustedes que ver en plena pandemia del coronavirus “desconfinanciar” a la Virgen de la Esperanza, siendo actores el Alcalde Pablo Hermoso de Mendoza y el concejal Kilian Cruz Dune tiene mucha miga.

El motivo al parecer era el de “recibir las peticiones de que bendiga a la capital riojana y por todas las personas y colectivos que luchan contra la pandemia provocada por el COVID-19”. Vale, si lo hacen a título personal pero, si unos representantes de los ciudadanos, Alcalde y concejal, se presten al juego políticoreligioso en pleno Estado de Alarma me parece criticable.

Desde mi visión he de decir que este acto religioso si lo hubiera realizado el PP lo habría criticado y, mucho más si lo hacen ciudadanos socialistas. ¿Por qué? Por que va en una dirección francamente contraria a lo establecido por el 39 Congreso federal del PSOE tendente en avanzar en el principio de neutralidad religiosa. Por poner en cuestión qué es lo que tiene que primar si “la ciencia o la superstición” en pleno siglo XXI. Y además, es un mal ejemplo cuando se está repitiendo por todas las Instituciones “quédate en casa”.

Aún con todo me pregunto si es oportunismo o oportunidad política. Es populismo o es entrismo pseudoreligioso. O simplemente es un infantilismo político.

16/4/20

EN INTERNET SE ESTÁ LLEGANDO A LÍMITES MUY PELIGROSOS


El coronavirus nos está dejando muy patente la catadura moral de muchos individuos que con tal de hacer daño al gobernante de turno, en esta ocasión a Pedro Sánchez y al Ejecutivo de coalición, son capaces de irradiar odio a espuertas. Les importa un comino si con ello lesionan a otros congéneres o si  corro en el sistema democrático. Como se suele decir “son mala gente”. Los hay conscientes de ello y se lo trabajan a fondo pero, también los hay otros, que con una falta clara de empatía rebotan mensajes sin más. Todos ellos para mí son culpables.

Tal es la situación que el otro día tuvimos la posibilidad de escuchar en el Congreso de los Diputados lo que el presidente del Gobierno de España espetó a Santiago Abascal. "Me dirijo a usted y a sus millones de 'bots' (robots en redes) que juegan con los "bulos, las mentiras y la desinformación" y con "el instrumento del odio".

Tiempo este –del confinamiento-, en el que se ha agudizado este comportamiento tan antisocial al tener todos más tiempo para emitir mensajes. Luego están algunos medios de comunicación cuya función constitucional es la de informar y no la de intoxicar. Pero les da igual, han convertido todas sus páginas en una editorial. Es decir, libelos ideológicos.

Soy de la opinión de que el PP y Vox mantienen un pulso electoral  jugando con el dolor de los ciudadanos y en el “cuanto peor mejor”, claro para ellos. Mientras los de C’s ya se han dado cuenta y progresivamente se irán desligando  de la derechona y en ello andan.

Termino refiriéndome a que esta pandemia ha puesto de relieve lo débiles que somos como especie en la Tierra. Que en los sistemas sociopolíticos, como el nuestro, siempre hay fuerzas que buscan el debilitamiento de la democracia. Que, pasado el Covi-19 los poderosos/élites se prestarán con ahínco a aprovecharse de la catástrofe social, económica y política que nos deja y pondrán en marcha sus mecanismos de dominación.

Ante esta posibilidad tenemos que estar vigilantes, ser contestatarios y tomar clara conciencia de clase. Lo demás es distraerse y facilitar que siga desarrollándose el capitalismo de casino.