4/4/18

COSAS DE LA IZQUIERDA

En estos días estamos leyendo artículos de opinión sobre cómo está la izquierda en España apuntándose ideas tales como el cooperar; la confluencia de izquierdas: estrategia o necesidad…y otras alternativas más, que hagan posible sacar al PP de la Moncloa y que este no pueda perpetuarse gracias a Ciudadanos.

Junto a estos debates teóricos se abre paralelamente la ventana ideológica para insistir, en que no es lo mismo socialismo democrático que socialdemocracia y así como el que no quiere la cosa, hablamos sobre las desconfianzas entrelazadas preferentemente entre el PSOE y Podemos.

Situaciones estas que no tienen por qué ocultar la política electoral ha hacerse por unos u otros, para que la multiforme izquierda esté mejor situada en el tablero de los sondeos, de la opinión publicada y de la opinión pública. Ya me entienden..

Así las cosas parece que en estos cruzados debates uno se siente con cierta obligación de tener que apostar y personalmente me inclino por las reformas, pero si éstas son solo para gestionar el sistema, evidentemente no.

Por lo tanto, no nos mareemos con que si el PSOE para ganar las elecciones y hacer reformas en España hay que estar en el centro o en la centralidad. Hagamos nuestros deberes, popularizando todo lo aprobado en el 39 Congreso socialista. Hagamos Planes de Trabajo pensando en las personas, en crecer en número de militantes y evidentemente en votantes. Luego, el día después de las elecciones ya se cogerá la calculadora y se verá cómo en pos de la estabilidad de las Instituciones se hacen los mejores gobiernos posibles.

Luego, si estamos sí estamos en el tiempo de perfilar estrategias, háganse y de paso despejemos cuanto antes algunas incógnitas. La primera a mi entender es si los socialistas podemos desde la soledad cambiar la situación hoy gobernada por el PP o si hay que trabajar pensando en la existencia de otras formaciones que juegan en espacios que se solapan con el nuestro.

Personalmente apuesto por una intermedia que combina nuestra forma de hacer y ser, con la de ensayar una cierta “unidad de acción” -que no confluencia, alianza o unidad-, que impida a las derechas profundizar en el desmantelamiento del Estado de Bienestar. Todo lo demás es quimérico cuando no cainita o disgregador.