Son muchos los que hablan de una legislatura que puede
terminar en cualquier momento, yo no lo creo así y más si tiro de hemeroteca y
echando la mente a volar me imagino que Pedro Sánchez tras aquellos cinco días
de reflexión nos viene demostrando de que además de resistir los embistes de
las derechas, está dispuesto a apuntalar la gobernanza progresista con retazos
de izquierda incluso más allá del 2027.
Digo esto porque el acoso mediático, político y judicial no
le ha hecho temblar el pulso y si no explíquese lo ocurrido en Telefónica y el
apoyo al Sabadell frente a la opa del BBVA. O lo dicho en Davos sobre el papel
de los magnates de las empresas tecnológicas que detestan las democracias apostando
por gobernanzas autoritarias.
Todo esto tropieza con la caída del decreto ómnibus donde Junst
por cuestiones político personales sumó sus votos al PP y Vox y todo por que la
amnistía no afecta a su líder hoy perdido y sin escaño alguno allende los
Pirineos.
Estoy seguro que una vez se resuelva la batalla en el
Consejo General del Poder Judicial en favor de la jueza, Ana Ferrer, haciéndose
con la presidencia de la decisiva Sala de lo Penal que acaba de dejar después
de 10 años el conservador Manuel Marchena, tanto el PSOE como Junst y
consiguientemente el Gobierno de España, con o sin PG del Estado podrán respirar
y saber que el botón rojo de la legislatura será pulsado más tarde que pronto.
Mientras tanto, apuntemos en la agenda el día 2 de febrero y
salgamos a la calle bajo las banderas de UGT y CCOO para defendernos de los
ataques preferentemente orquestados por las derechas españolistas.
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