29/9/25

EN GAZA SE ASESINA LA INFORMACIÓN ¡Qué vergüenza!

 Sentado frente el televisor surfeo entre las olas grises de Gaza, la marea creciente de desigualdad y la niebla espesa de algunos políticos mediocres, siento la necesidad urgente de izar velas, filtrar el ruido y encontrar corrientes limpias que mantengan vivo mi pensamiento crítico.

No sé si soy un pirata de sangre caliente o un bucanero de puerto incierto, pero lo cierto es que navego con el mando a distancia como timón, buscando orillas donde las noticias no me arponeen el ánimo. El asesinato de periodistas en directo es indignante.

En este mar agitado, donde el mundo —guste o no a EEUU— se ha vuelto multipolar (nada que ver con el poliamor, aunque la tentación siempre esté ahí), me debato entre COMPLEMENTAR o SUSTITUIR la información que recibo… o bien sumergirme como un pez tímido y evitar la agitada superficie.

Dicen que, en la cartografía de la infidelidad que los hombres preferimos COMPLEMENTAR y las mujeres SUSTITUIR. No sé si es o no cierto. Pero, si traslado esa lógica de alcoba a la política/realpolitik, admito que a trancas y barrancas logro levitar -por suerte-, y me abro a travesías nuevas, a caricias de ideas, a sensaciones que rozan lo prohibido y me arrancan y así atajo la áspera realidad genocida, sangrienta…que los poderosos nos imponen como grilletes un tanto en ocasiones invisibles.

Cuando recupero el pulso tras tanto infortunio y dejo caer el mando del televisor sobre la mesa como un sable en reposo, respiro hondo y me lanzo otra vez al abordaje del activismo como antídoto. Hoy toca movilizarse por los Derechos Humanos en favor de los palestinos y de otros pueblos más.

Confío que la sal corrosiva del odio no nos paralice a los demócratas y los medios de comunicación además de ser empresas especiales, sean también sociales.

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