Vaya
por delante que no comparto algunas actuaciones de los Jueces y Fiscales en
esto que se denomina “el proceso en Cataluña” y que para mí es un golpe de
Estado a la democracia en España por parte de unos partidos. Así mismo y visto
el caudal de artículos de opinión, entrevistas a líderes de opinión diversa y coloquios
tertulianos, pienso que poco puedo aportar a estas alturas pero, en esto como
en otros asuntos dejo como extrabajador de izquierdas y hoy pensionista unas
líneas.
1º. Ante los debates frentistas y faltos de información
que benefician a las derechas del conjunto del Estado español y a los
secesionistas catalanes, y que en ningún caso buscan el auténtico y necesario
cambio social que necesitan los trabajadores, hay que insistir en que el cambio
pasa por modificar la estructura económica, que es la que genera la
superestructura ideológica que fomenta la injusticia. Y no al revés, porque los
dueños de la economía nunca modifican las leyes ni la política, a no ser que se
les obligue.
2º. Si nos damos cuenta tanto el Gobierno de España como el de Cataluña nos
han llevado con su retroalimentación
partidaria muy lejos del debate que afecta a las condiciones de trabajo y de
vida de la plural ciudadanía del Estado. Así pues, se ha aparcado el debate
sobre el desarrollo económico y social que garantice dentro de la Unión Europea
la deseada cohesión de ambos conceptos.
3º. Personalmente soy de los que sigue pensando en lo importante que es fortalecer
la organización y la fuerza de la clase trabajadora dentro y fuera de España
como contrapunto a las reformas neoliberales que se practican contra el multiforme colectivo de asalariados tanto públicos
como privados y los autónomos. Es decir, defender y mejorar el Estado de
Bienestar sería el permanente reto de estos segmentos productivos en esta parte
de occidente. Por lo tanto, la supuesta y
maravillosa independencia de Cataluña debilitaría gravemente la cohesión y la
fuerza de la clase trabajadora y así, como si no pasara nada es como los secesionistas
se olvidan de los logros conseguidos a lo largo de muchos años y de muchas
luchas desarrolladas conjuntamente entre todos los que conformamos los pueblos
de España.
4º. Ni que decir tiene que este desvarío independentista
no encaja en el histórico proyecto de la Unión Europea se diga lo que se diga.
Recordemos que La Comisión Europea no quiere intervenir pero repite lo mismo desde 2004:
que si una región se separa de un Estado miembro saldrá de la UE y deberá
solicitar entrar de nuevo. Esta manifestación obedece a que el Véneto también planteó un referéndum de
autodeterminación y el tribunal constitucional italiano decretó su
inconstitucionalidad. En Bélgica a Flandes o Baviera en Alemania. Bueno y lo ya
olvidado relativo a Córcega.
En definitiva, hablemos de los problemas reales y apremiantes para millones
de ciudadanos especialmente golpeados por la crisis y por la gestión de la
misma, por que sólo así podremos abordar adecuadamente el necesario proyecto de
futuro español de convivencia.
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