Con el ánimo de bajar la tensión, que por
estos primeros días de septiembre ya se están encargando de avivarla los del
Ejecutivo de los catalanes y una buena parte del Parlamento, recuerdo dos asuntos
próximos en el tiempo que pueden aclarar donde está el PSOE en esto de la
Ordenación Territorial del Estado, según nuestra Carta Magna. El primero es el
Acuerdo suscrito entre el PNV y el PSOE en el que se incluye en el
preámbulo la necesaria revisión estatutaria del término Euskady como nación y
que en mi memoria nadie dijo nada en contra en su momento. Ni Cristo se rompió
las vestiduras.
Y el segundo relativo a la Resolución del
PSOE aprobada en el 39 Congreso Federal que dice: “Proponemos una reforma
constitucional federal, que mantenga la unidad del Estado, perfeccionando el carácter
plurinacional del mismo, y que la soberanía reside en el conjunto del pueblo
español, de acuerdo con los artículos 1 y 2 de la Constitución”, que parece lo
normal se tenga a modo de guía, sirviendo para construir alternativas y
soluciones y no lo contrario.
Así que echando una mirada hacia atrás, diré
que los socialistas en el Congreso de Suresnes, Francia, celebrado en octubre
de 1974, llegamos a reconocer el derecho
de autodeterminación de todas las nacionalidades ibéricas, ello llegado
el momento no impidió alcanzar un acurdo en la Transición sobre esta materia.
En el presente y habiendo tenido internamente
algunos debates conocidos como los de Santillana o Granada, los socialistas hemos estado abiertos a debatir con otros agentes
interesados la cuestión territorial pero, el resultado es bien conocido. Siempre con el ¡Ahora no toca! Lo cual y aún con todo, hoy nos permite reconocer
el término nación sin que ello suponga el reconocimiento de derecho a la
soberanía tal como ha señalado el Consejo de Europa.
Así que Suresnes y un cierto empacho
ideológico por superar en radicalidad al PCE, queda lejos, a la vez que hemos
comprobado que aquí ninguna región ha sido colonizada ni ningún ciudadano ha
sido impedido democráticamente en tener y defender sus opiniones.
Y digo más, tras el espectáculo vivido en el
Parlamento de los catalanes. El Consejo de Europa en más de una ocasión ha
señalado que “la reivindicación como nación de una Comunidad que se autodefine
como tal por razones culturales, históricas o lingüísticas no presupone el
derecho político a constituirse en Estado”.
Lo cual nos alegramos y mucho, por
definitorio. Y, el presidente del Parlamento Europeo, el italiano Antonio
Tajani, ha enviado una carta tajante sobre lo ocurrido en Cataluña, avisado de
que “el marco constitucional de un Estado miembro individual es parte del marco
legal de la Unión Europeo” y que “su respeto debe estar garantizado en todo
momento. Son un pilar fundamental de nuestro sistema de libertades y de los
valores sobre los que se fundó esta Unión, como está recogido en el artículo 2
del Tratado de la UE. Cualquier acción contra la constitución de un estado
miembro es una acción contra el marco legal de la UE".
La pena es que los secesionistas catalanes
sigan mintiendo a los ciudadanos y especialmente a los catalanes. En otras
palabras, un nuevo Estado independiente de producirse, se convertiría, por el
hecho de su independencia, en un tercer país respecto a la UE y los Tratados
dejarían de aplicarse allí",
Así que ahora, tras el 39 Congreso federal,
conocida la hoja de ruta de la CEF con Pedro Sánchez a la cabeza y siendo el
principal partido en la oposición, es la hora de decir a todo el que quiera
escucharnos que es el momento de construir el futuro, que no administrar el
pasado. Veremos si los actores políticos, sociales y económicos están a la
altura de las circunstancias.
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