Hay muchos acontecimientos donde los partidos tienen que dar
opinión para que sus afiliados, simpatizantes y el conjunto del cuerpo
electoral sepan por donde respiran y sepan a qué atenerse. El silencio como
estrategia permanente delata el servilismo o la partitocracia creada.
Estos días me tienen de mala ostia casi todos los representantes
del pueblo. Lo más grotesco es lo del PP, trasladando el conflicto de Gaza a la
vida nacional como si tal cosa. Mal no lo siguiente.
Los que dicen ser de izquierdas -con excepciones por aquello
de que están en Instituciones-, refugiándose en los discursos que emanan de sus
Direcciones nacionales y poco más. Puro argumentario marketiniano. Miren sus
páginas en Internet y verán que siguen relatando visitas institucionales las
más de las veces con choricillo incluido. Mal no lo siguiente.
Las noticias que nos llegan de Gaza, en otros tiempos los
que decimos ser de izquierdas, ante una injusticia como la que estamos viendo,
habríamos alzado la voz dentro y fuera de las respectivas organizaciones. Hoy
impera el mutismo, el mirar hacia otro lado pues ya no se quiere ser vanguardia
de estos asuntos. Mal no lo siguiente.
Los partidos y sus líderes que no generan opinión interna, que
no canalizan organizadamente estos sentimientos, que la encapsulan, o que han
impuesto la autocensura, por muy de izquierdas que digan ser, dan pena.
Sobre Gaza ¿Qué opinión, que van a hacer en la calle… la
dirigencia socialista en La Rioja ante lo que está pasando en Oriente Medio? Vuestro
silencio dice mucho. Como dijo Labordeta ¡A la mierda!
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