No es lo mismo ser indiferente ante un
acontecimiento nimio, que ser indiferente ante aquello que a todas luces es
injusto. Sobre lo primero puede que hasta te haya pasado inadvertido, pero
seguramente que sobre lo segundo, ya es otra cosa. ¿A que sí?
Observo estos últimos días como afloran
sentimientos encontrados en el mundo de la política unas veces muy
explicitados, rayando lo esperpéntico, y otros más comedidos cuando no casi
rodeados de cierta timidez en su exposición que me dejan pensativo. Y claro, me
preocupa la falta de “sigilo profesional” que algunos políticos manifiestan,
sin importarles mucho que hay otros que simplemente han sido compañeros de
viaje, que se quedan perplejos al intuir además de lo dicho, un cierto corporativismo,
otrora denostado por la izquierda, amén de un manifiesto lobismo.
En fin, que bueno es traer aquí y ahora lo que
contestó el matemático Al-Juarismi (fue
un matemático, astrónomo y geógrafo persa que vivió aproximadamente entre 780 y
850) al ser preguntado sobre el valor del ser humano y este respondió: Si tiene
ética entonces su valor es igual a 1. Si además es inteligente, agréguele un
cero y su valor será igual a 10. Si también es rico, súmele otro cero y su
valor será igual a 100. Si por sobre todo eso es además una persona de bello
aspecto, agréguele otro cero y su valor será igual a 1.000.
Pero si pierde el 1, que corresponde a la
ética, perderá todo su valor, pues solamente le quedarán los ceros.
Así de sencillo: sin valores éticos ni
principios sólidos lo único que queda son delincuentes, corruptos y personas
que no valen nada.
Ya se que tenemos que salvar las distancias pero, que atinado pensamiento de fondo.
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