No se lo que pasará a
lo largo de 2018, pero aquellos que mantienen que el “bipartidismo imperfecto”
finalizó con la existencia de Podemos y Ciudadanos creo que tienen que darle
una pensada. De momento el Gobierno del PSOE y la renovación del Partido
Popular acaparan la atención de propios y extraños.
Digo esto porque vemos
como los “naranjas” andan desnortados y parece una cantinflada trasnochada que Albert
Rivera quiera emular al francés Macron. Digamos que se ha esfumado todo el
empuje obtenido jugando con el tema catalán
a la vez que se les ha cortocircuitado desde el PSOE con el nombramiento
de ministros altamente cualificados y de reconocido prestigio. En esta andadura
sólo les queda “amenazar de boquilla” a Susana Díaz con romper la estabilidad,
sabedores de que antes de finalizar el año se sabrá el día de las elecciones en
Andalucía y flagelar al PP con cada una de las Sentencias relacionadas con la
corrupción.
En el caso opuesto
nos encontramos con un Podemos que ha de buscar el equilibrio para no parecerse
a la IU de cuando gobernaba Zapatero. Situación que ha de pasar por no dar la sensación de acoso al Gobierno de Pedro Sánchez, pues esto pudiera
incidir negativamente en su plural electorado.
En cualquier caso, su
situación no parece tan alarmante como la de Ciudadanos pero, asuntos como el
chalet de Iglesias y Montero, o las peleas internas que se están dando como en
Andalucía, donde Podemos e IU han llegado a acuerdos que no gustan al “centralismo
democrático podemita”, pueden resquebrajar el protagonismo que las urnas les ha
conferido.
En La Rioja ya veremos como Podemos va despejando el lío que tienen pues, no corren los mismos
vientos en el marco regional que en el logroñés.
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