Son muchos los que tendrán que comerse las insidias
vertidas contra el Partido Socialista Obrero Español y su secretario general
Pedro Sánchez. ¡Allá ellos!! Lo que queda claro ante los españoles es que
existe un partido serio que poco a poco se va distanciando de los malos tiempos
en los que hemos sido actores de un cierto abandono con “la calle”, de nuestras
incoherencias y de nuestras batallas internas.
Hoy,
celebramos la rapidez con la que ha sido convocada la moción de censura contra
Mariano Rajoy. Hoy, los socialistas podemos exhibir que vamos a un debate en el
Congreso de los Diputados donde los 350 representantes del pueblo tienen la
oportunidad de mandar al traste a este PP corrupto. Hoy, podemos proclamar que
no se ha establecido ningún contacto con los posibles socios para sacar esa votación adelante. Hoy
el PSOE, guste o no, es el centro de la vida pública por mucho que la opinión
publicada (medios de comunicación social, que en muchas ocasiones incumplen el
papel asignado por la Constitución española), oculte la realidad.
Con la
moción ya autorizada por la Comisión Ejecutiva federal, el Comité federal y el
Congreso de los Diputados, el PSOE tendrá que decidir en su momento qué tipo de
relaciones establece en la búsqueda de apoyos si se diera el caso, en un tiempo escasamente habilitado y a conciencia, donde
sólo caben algunas llamadas telefónicas.
El PSOE
así impone la estrategia de llegar a la votación con la única premisa de
obligar a los Grupos Parlamentarios y a sus líderes a decidir entre dos
opciones claras: Rajoy o Sánchez en Moncloa.
¿Saldrá la moción de censura adelante? Ya se verá pero,
aquí todo dios dentro y fuera del Hemiciclo tiene que retratarse. En cualquier
caso, y sea cual sea el resultado, el PSOE ha centrado sobre sí toda la
atención pública. Veremos si las supuestas izquierdas, la alta política de
Estado y de la Unión Europea saben estar a la altura requerida.
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