Siempre podemos negarnos a secundar algo que consideremos injusto y por ende resulte lesivo para mí o para mis correligionarios.
Cuando se está al frente de un equipo, es normal tomar medidas que pueden o no ser comprendidas o compartidas. Pero, qué tenemos que hacer cuando uno piensa que algo está procedimentalmente mal decidido, claramente injusto, o de dudoso proceder. ¿Hacer como el avestruz o denunciarlo?
Hoy se ha instalado en el pensamiento de muchas personas que decir “la verdad” es un pecado social pues comporta riesgos y consecuencias, aunque paralelamente presumamos de libertad de expresión. Dicho lo cual ¿Se promociona así o se coarta la libertad de pensar?
En mi opinión vistas algunas actitudes y decisiones que no prejuzgo hoy, me van a permitir me ponga en modo “compás de espera”, sin que ello suponga autoanestesiarme, pues tengo muy presente en mi hacer cotidiano aquello de “Justicia, reparación, verdad y no repetición”. Creo que se me entiende y si no llámame y nos tomamos un café con hielo, o un granizado. Tiempo al tiempo.
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