Algunos
políticos se empeñan en establecer lo que es mejor para el conjunto de la
ciudadanía, pero sin contar con ella, pretendiendo quedar bien con ciertos
segmentos de la sociedad que presuntamente les votan. Ojo, sin el concurso
vecinal esto puede salpicar a otras Administraciones y administrados.
A
la pregunta, diré que sí. Es más, podemos fácilmente observar como algunos
ayuntamientos vienen trabajando la cuestión de la sostenibilidad y la
planificación urbana, para que las ciudades sean cada vez más amables y por
cierto, con un éxito y reconocimiento que trasciende de su propia localidad.
Ello suele coincidir con gobiernos no conservadores, lo cual permite a los
progresistas abanderar esta delicada materia.
También
podemos contemplar estos últimos meses, coincidiendo con la pandemia del
Covid-19, cómo algunos ediles se apremian para poner en marcha alternativas
cuyo modelo de ciudad pasa por ganar espacio público en favor de las personas,
por favorecer la movilidad sostenible y por potenciar el uso de la bicicleta,
patinetes y otros artilugios más. A todo esto diría en principio que ¡Muy bien!
Así
las cosas ¿quién osaría en posicionarse contra una ciudad verde? Me temo que
pocos, yo desde luego no, pero pienso que la planificación urbana no puede ser
sólo realizada por los gestores políticos y los funcionarios de las áreas
afectadas. Esto tiene que ser compartido, sino puede no salir bien.
Es
el caso de la capital de La Rioja en el que se ha puesto en marcha un
“urbanismo táctico” que bajo el título de “Logroño calles abiertas”, vemos como
nos van cambiando por decreto el paisaje al que estábamos habituados y que recorríamos unas veces como peatones y otras
como conductores de algún vehículo.
El
plan, o mejor dicho “su plan” pasa por “repensar la ciudad”, apoyándose en la
emergencia sanitaria para desarrollar seis programas de intervención. Red
peatonal saludable. Red ciclista saludable. Áreas pacificadas. Mejora de
entornos. Apoyo al transporte público. Adaptación de regulaciones. Vale, pero
que a estas alturas tengamos que recordar, que la labor de un buen político en
esto de un “planeamiento integrador”, es primordial preparar a las personas a
las que va destinado, tiene narices.
Termino,
preocupado por lo que leo en las redes sociales y dado que no hay un Programa
Electoral que haya concretado nada. Reclamo la elaboración de algo parecido a
una “Estrategia Urbana” donde podamos saber cuales son sus análisis y retos,
donde la participación ciudadana sea nuclear. Por tanto, abran un debate
público y acuerden políticamente en un pleno municipal la ciudad del futuro,
haciendo saber cuanto dinero cuesta y en qué tiempo la veríamos culminada.
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