17/11/19

SIN EDUCACIÓN NO HAY DEMOCRACIA

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Donde están los partidos de izquierdas, los sindicatos, las asociaciones interesadas por la Educación. Escuchan las declaraciones del Vicerrector de la UNIR y callan. ¿Por qué? Y mira que he dejado pasar unas cuantas semanas. En fin. 

Sentado frente al ordenador se me agolpan cantidad de asuntos por los que escribir un pequeño artículo. Los hay políticos; sociales y hasta deportivos pero, me prometo a mi mismo que no voy  a tocar ni el problema catalán, ni la salida del dictador Franco del Valle de los Caídos. Así que descartados estos, me inclino por lo publicado en esta segunda quincena de octubre en el diario La Rioja bajo el título “Fomentar el desarrollo del talento desde edades tempranas es cimentar sólidamente el desarrollo social”.

Leídas atentamente los posicionamientos del “entrevistado” que no es otro que Javier Touron, experto en altas capacidades y Vicerrector de la UNIR, me paro en una de sus afirmaciones que es lo que motiva estas líneas. Dice así: “Todavía hay quien cree que la escuela está para promover la igualdad y está para promover las diferencias”.

Bien, es su opinión -que no comparto-, y que desde mi punto de vista, salvo error, la escuela está para socializar a los individuos o dicho en otras palabras. La educación que se imparte en las escuelas, institutos…etc, es el principal instrumento compensador de las desigualdades sociales, de construcción de ciudadanía responsable, crítica y exigente, siendo pilar fundamental para una sociedad libre. 

Personalmente soy de los que apuesto por por la educación pública como la única capaz de hacer llegar un modelo de calidad a todos los estudiantes y frente a la falsa retórica de las evaluaciones, la competitividad y la supuesta eficacia de la ideología conservadora que busca poner en duda su capacidad y su valor como un bien común. Una buena educación es aquella que aúna calidad y equidad; esto es, aquella cuyo objetivo es que todo el alumnado sea capaz de alcanzar el éxito escolar indistintamente de sus condiciones personales, sociales económicas, raciales, culturales o sexuales.  

Finalizo con dos palabras. La diversidad y la inclusión. La primera exige la adecuación del proceso de enseñanza-aprendizaje con todo lo que conlleva a las necesidades y singularidades del alumnado que forma parte del grupo para logar los objetivos de aprendizaje (aprender a ser, aprender a hacer, aprender a pensar… etc.). La segunda es la estrategia que define la atención a la diversidad, bien en la red de centros de Educación Infantil, Primaria y Secundaria o bien en la red especializada de Centros públicos de Educación Especial que ha de ser fortalecida.

 

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