Días a tras hemos visto como militantes anónimos y “aristocracia política” se han acercado al cementerio civil de la Almudena, Madrid, rindiendo homenaje a este prohombre del socialismo. Tradición que tiene también de autoafirmación con los valores del PSOE.
Hace tiempo que por mi cabeza ronda la idea de,
por qué la dirigencia por estos lares no hace nada que vincule a la militancia
en torno a la figura del fundador del PSOE, Pablo Iglesias Posse. No sólo a su
biografía sino a su doctrina ética, aquello que se acuñó por “pablismo”. Es,
como si recordar el 93 aniversario de su fallecimiento, no fuera interesante
para la política que hoy se practica. Como si esto fuera una antigualla que
para lo máximo que puede servir, es para los que “peinan canas” en el partido y
una foto más para Instagram. Un partido, el nuestro, que recordemos es el más
longevo de España.
Sin embargo y como recientemente recordaba
Santiago Aparicio, me pregunto yo también, si “el pablismo” forma parte de la
doctrina ética de la dirigencia actual. Explicaba hace muchos años Luis Gómez
Llorente que a la par que se abandonó el marxismo se fue olvidando “el pablismo”
dentro de la organización. Entendía el viejo luchador antifranquista que “el pablismo”
es un humanismo porque, al fin y al cabo, la sociedad socialista sería para
beneficio de todos los seres humanos, una vez despojados del trabajo
explotador, el “ser nuevo en la sociedad nueva”. ¿Vemos a la dirigencia actual
vincular su acción política, en favor de una transformación gradual del sistema
capitalista hacia el sistema socialista. Sinceramente tengo mis serias dudas,
hace años que no se escucha ni se lee, eso de construir una “sociedad socialista”.
En este sentido y ahora que se cumplen 30 años
de la primera huelga general celebrada el 14 de diciembre de 1988, hoy me
reafirmo con más contundencia que ayer, señalando que al romperse la “familia
socialista”, tal desconexión sólo favoreció a los intereses de la clase
dominante. La acción sindical del momento no pretendía emancipación alguna,
pero sí defenderse del neoliberalismo gobernante que nada tenía que ver con “el
pablismo”. Los autores intelectuales de aquella ruptura tienen nombre y …..Mejor
me callo.
Así, “el pablismo” tiene que ver mucho con la coherencia
entre lo que se dice y lo que se hace; coherencia para no dejarse llevar por
una verborrea desaforada que ofrezca lo imposible; huye de la demagogia; de lo
políticamente correcto; de lo que parece ser moderno, de lo que ahora llaman “cool”...
Pero, si no ha quedado claro que es esto, me
refiero a lo ético, “el pablismo” es defender el laicismo y el republicanismo...y,
como me dijo un dirigente actual ¡¡Yo no estoy aquí para cambiar el mundo!! Juzguen
ustedes mismos. Es lo que hay.
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