Desde el infantilismo
político, pasando por los personalismos al desconcierto del electorado,
impidieron formar un Gobierno progresista y de seguir así, futuramente
presentar una Moción de Censura que mande al carajo a Mariano Rajoy y lo que
representa
Desde hace unos cuantos meses no escribo,
salvo algún suelto perdido por ahí, sobre el partido Podemos. Me hice el firme
propósito de no hacerlo por aquello de no hablar del contrincante cuando éste
está en horas bajas y reconozco que también influenciado por el guirigay que ha
montado una parte de la dirigencia del PSOE. Ambas circunstancias me llevó a
cierta prudencia que ahora tímidamente rompo.
Veamos, los de Podemos han demostrado ser un
buen instrumento del activismo (pero todo no se le puede atribuir a ellos) y de
la telegénia (tan poco, pues los medios de comunicación les ensalzaron gratuitamente para
desdibujar al PSOE), pero ha fecha de hoy han sido incapaces de conformar un
partido que en las Instituciones sepa estar, proponer soluciones… y de paso ganarse
la confianza de los socialistas. Mal, muy mal, porque esto aunque parezca que
no, de revote impide resituarse más claramente al PSOE, tanto en su previsible nueva
definición como el lugar a ocupar en política electoral, como también en el marco
ideológico.
Circunstancias
que me hacen asegurar que los perdedores son el plural electorado progresista al
que se les condena durante una temporada a seguir sin tener claro, quiénes
pueden ser sus defensores ante la derecha económica y política amén de fomentar
nuevamente el desinterés por la participación políticosocial entre la
ciudadanía.
Como colofón a esto, tanto en Podemos como en
el PSOE han aflorado las enemistades personales, que están haciendo mella en el
conjunto de los seguidores más directos, como al cuerpo electoral respectivo que
asisten atónitos a este infantilismo político.
Así que, parece que todavía a la plural
izquierda le falta una temporada para reconciliarse con su electorado, diseñar una "unidad de acción común" y poder
plantar cara a Mariano Rajoy, no sólo en la calle sino en el Parlamento. ¿Cuánto
me gustaría ver en el año 2018 un PSOE planteando una Moción de Censura en el
Congreso de los Diputados?
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