Diríase que las cartas están
echadas y aún faltando horas todo apunta a que tendremos nuevas elecciones
generales. Hoy, a diferencia de otros días pienso que todos los partidos
prefieren esta “segunda vuelta”, aunque el resultado sea semejante al del 20 de
diciembre y consiguientemente lo que no pudo ser en invierno, será en primavera
por rara alianza/s antinatura que se fragüen.
Sobre
el PP con sus 123 escaños poco quiero decir pues, tanto en cuanto muchos de sus
votantes, que son trabajadores, no se den cuenta que apoyar a esta formación es
ir claramente contra sus intereses, poco se puede hacer y recrearme en la
necesaria regeneración de este partido de derechas -que ya es cosa sabida-, es
decir lo mismo que dice todo Dios. Allá ellos.
Sobre
Ciudadanos con sus 40 escaños, pues más de lo mismo. Majos líderes esos que
salen por las televisiones pero no tiene que confundirnos esa “buena presencia”
que, en provincias algunos de sus correligionarios ya empiezan a estar
manchados por la corrupción o por actos poco éticos para la nueva política que
nos venden. Vamos, partido necesario que oxigena el espectro electoral
conservador.
Sobre
Podemos siguen prefabricando un mundo en el que diríase todo girara entorno a
ellos. Lo quieren todo y de momento,
seamos realistas, no solo 42 escaños en el Congreso de los Diputados.
Dos más que C’s. De las “confluencias” poco que añadir que no pase por ser
alianzas coyunturales, con discurso ora anticapitalista ora con la boina puesta.
Pero, tengamos cuidado los viejos comunistas quieren colonizar el
PSOE...mediante el sorpasso.
Así las cosas, el PSOE con sus 90 escaños, en estos próximos comicios tiene que hacer un programa
electoral preciso y breve, señalando los
problemas nucleares que preocupan a la ciudadanía, así como las alternativas que aportamos, luego ya veremos en que lugar nos colocan los electores, bien en el gobierno
o en la oposición, sirvan de decálogo a nuestra acción política.
Finalizo con la pregunta de siempre a sabiendas de que muchos
ciudadanos que creen en los progresistas, han visto la imposibilidad de
imponerse al capitalismo de casino ¿Trasformar
o gestionar? Ya saben que soy de la primera pero visto el panorama electoral
español me apunto a la de cambiar. Si pero, exhibiendo sin complejos que
nuestro partido se desmarca paulatinamente de la dinastía borbónica, la Iglesia católica y el neoliberalismo, sin olvidarnos del Programa Máximo fundacional planteando
cual es nuestra sociedad ideal a la que aspiramos.
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