En el mundo del trabajo, que ahí sí que se ven
las contradicciones del capital y la lucha de clases/conflicto social, no
hubieran entendido los sindicalistas que la negociación y el pacto con las
patronales son necesarios ¿Dónde estaríamos ahora? Pues eso amigos de Podemos y C's , menos muros ideológicos y más bolígrafos.
Coincide este artículo en el tiempo con las
múltiples conmemoraciones que se hacen por todo el país, recordando los tiempos
de la República de España y a cuantos dieron su vida, con un tiempo en el que “las
diez de últimas” se están produciendo en la vida partidaria para más de un líder
y equipos. A la vez, constato cómo muchos que dicen ser de izquierdas confunden
el tocino con la velocidad o mejor dicho, el deseo con la realidad. Y claro,
surgen las diatribas, los desencuentros y hasta si me apuran nos hacen retrotraer
a los “identarismos” de la época de la clandestinidad, donde se peleaba por ver
quién era más rojeras.
Sumemos a esto, que para defender en más de
una ocasión una postura, se parte de la base (les suena la muletilla, ¿verdad?),
de frases cacareadas como si de un dogma de fe se tratara. Y la verdad, las
frases están bien para adornar o incluso mejor centrar tu pensamiento ante
otros pero ¡ojo! Hay algunos que sostienen cosas muy indigeribles, tanto en
orden a los principios ideológicos como a la historia partidaria, más fruto del
ataque, el odio…etc, que en la razón. Eso sí, sustentadas con mucha sonrisita y
mucha telegénia en base a estrategias o tácticas partidarias. En fin, que
finalmente todos estamos más en la política de los 140 caracteres, que en
desarrollar un pensamiento, bien expuesto, que se entienda y que genere sinergias
a favor del entendimiento y por consiguiente del acuerdo.
Digo estas cosas a modo de entremés, para
aclarar que es imposible sostener y no enmendarla, la de conformar un Gobierno
de izquierdas y mira que es fácil sumar. Otra cuestión sería la de una vez
investido un nuevo presidente que mande al carajo a Rajoy, el diferente Ejecutivo haga algunas políticas de
izquierdas pero poco más.
Sea o no sea finalmente Pedro Sánchez el
presidente de Gobierno, de todo esto podríamos sacar varias conclusiones. La
primera, van a quemar a más de un ciudadano que había depositado en la democracia
y en el cambio su esperanza. Segunda, como consecuencia un amplio segmento no
irán a votar -si es que finalmente se convocan otras generales-, y por el
contrario muchos de ellos se van a ir al partido de los desencantados y tercera
y última, partiendo de que la derecha seguirá sentada en La Moncloa, los
ciudadanos seguirán sufriendo por culpa del egocentrismo de Pablo Manuel
Iglesias y de Albert Rivera.
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