Como dice el compañero Miquel Iceta y
más viendo la realidad de los datos, tanto en votos como en escaños obtenidos
por los diferentes partidos, este dice: “Muy a menudo en política se emiten
opiniones sin un examen en profundidad de la cuestión de la que se habla”. De
donde podemos añadir además, una buena
dosis de frivolidad o superficialidad que poco ayuda a la resolución de los
problemas. “Pecado” del cual pocos pueden escaparse en el que yo me incluyo.
Preguntas y más preguntas
¿Alguien
piensa en serio que la repetición de las elecciones va a producir resultados
diferentes a los del 20-D? ¿Es posible que en una segunda ocasión algún partido
supere la barrera de los 176 escaños que garantizarían un gobierno estable? Y
si no es así, ¿habrá que pedir una tercera repetición de las elecciones?
Así
y como quien no quiere la cosa digo que. La obligación de los políticos tras el
20 de diciembre, pasa por que se pongan de acuerdo, gestionen y administren lo
que los ciudadanos han votado. De lo contrario cualquier otra situación servirá
para acrecentar el poder de la derecha económica y política que gobierna,
incrementará la abstención en unas supuestas nuevas elecciones y generará una
quemarropa en muchos electores que por primera vez se han arrimado a las urnas.
Ya
sabemos que prima en el hablar aquello de ¡Póngansen de acuerdo! A la vez que
coexiste aquello de ¡Ya se han bajado los pantalones! Pero, vista la situación
apuesto por no ir a una segunda vuelta y que se alcancen los acuerdos
trasversales necesarios aunque ideológicamente todos tengan que pretar el
morro. Al PP en lo tocante a la formación del Gobierno lo dejo fuera pero, que
nadie se haga trampas en el solitario, su presencia institucional es necesaria
para cualquier reforma constitucional.
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