12/11/25

LA LEY D’HONDT: EL ACTIVISMO SOCIAL Y LA IZQUIERDA (y III)

 Como quien no quiere la cosa… 

Si dejamos atrás el pasado y nos situamos en pleno siglo XXI, en 2018, nos encontramos con Podemos, que llegó a amenazar la hegemonía del PSOE con el ansiado sorpasso que finalmente no se produjo.

Hoy, tras su paso por La Moncloa, Podemos ya no es el mismo partido y ha roto con el proyecto Sumar, adoptando un tono muy duro contra el Gobierno, al que acusa de traición e incluso de complicidad con el genocidio en Gaza, pese a ser uno de los ejecutivos más críticos con Israel. Sin embargo, su propio pasado gubernamental resta credibilidad a esa postura. 

 Conclusión: votos útiles, no divisiones estériles 

Me temo que muchos activistas sociales pasan por alto las cuestiones que aquí se han esbozado brevemente, pues centran su acción en la defensa de los derechos humanos, lo cual es encomiable. Pero, ojo: harían bien las formaciones citadas que, en las próximas elecciones, todos los votos de la izquierda sean útiles, dejando atrás la lícita pero inoperante división partidaria. 

Con la Ley D’Hondt, en unas elecciones generales, la división de la izquierda más allá del PSOE provoca que los votos dirigidos a otras formaciones se pierdan en al menos 23 provincias, incluida La Rioja. Lo saben, está comprobado… y, lamentablemente, les da igual. Urge una reflexión por parte del electorado. 

Muchas personas buscan respuestas a su precariedad y a la falta de un futuro digno. Si la derecha cultiva el miedo para prometer seguridad, la izquierda social y política debe ofrecer soluciones y esperanza.

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