Empezaré diciendo que el ámbito local es en el que mejor se
puede ensayar la democracia formal que nos hemos dado en nuestro país y meter
la mano a problemas como el de la vivienda, el empleo o la pérdida poblacional.
Ámbito este, el municipal, donde con los múltiples instrumentos normativos, las
diferentes corporaciones locales definen el modelo de ciudad que se quiere
proyectar.
Dicho lo cual y pensando en las elecciones del M28, cabe
preguntarse si en estos últimos años es favorable o no al trabajo realizado por
los políticos, al sí han acertado en las soluciones aportadas, así como la
participación vecinal realizada por los diferentes gobiernos municipales que
conforman La Rioja.
Uno de los puntos importantes -además de los presupuestos sean
mucho o poco participativos-, en el municipalismo es el urbanismo, que muchos
sitúan en dos escenarios muy diferenciados. A saber. El progresista que trabaja
por una ciudad compacta, basada en la eficiencia y la sostenibilidad. Y el otro
el que podríamos decir se asienta en el modelo especulativo que se encuentra en
el origen de la crisis inmobiliaria de finales de la primera década del siglo
XXI.
Modelos de ciudad donde, partiendo de uno u otro modelo
urbanístico, nos podemos preguntar si han hecho algo para mejorar la situación heredada.
Por favor, revisen cuanta vivienda social han hecho en su localidad; o si han
definido integralmente o parcheado “a la carta” sus planes generales para
ordenar su ciudad; o si ha crecido o no su pueblo en vecinos…etc, por que ahí,
podrá ver si ha sido correcto el diagnóstico y las prioridades políticas puestas
en marcha por su Ayuntamiento.
Llegado a este punto, bueno sería poder leer con precisión y
no con vaguedades cuales son las soluciones que plantean los programas
electorales de cada partido.
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