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El president de Cataluña presentó públicamente a su Ejecutivo apelando a los valores “socialdemócratas” y de “humanismo cristiano” señalando como un equipo fundamentado en la "transversalidad".
Respetando el criterio de quién tiene la potestad de elegir a sus consejeros, surge la vieja afirmación aquella que decía: El socialismo y el cristianismo es un oxímoron, ya que el socialismo es laico en esencia, porque no puede ser de otra manera.
El socialismo parte de un análisis científico de la realidad y la revelación cristiana no lo es, ya que la primera virtud teologal es la Fe, una creencia ciega en un ser superior que dicta las normas morales y que por el hecho de serlo ya rompe el principio de igualdad de todos los seres humanos.
El humanismo cristiano por el hecho de serlo parte de una concepción teocrática de la moral como un hecho revelado. Es la esencia del cristianismo y por tanto con una vocación evangélica que es simplemente la imposición de las normas religiosas. Una constante desde su origen con millones de muertos en su haber en estos últimos 2000 años.
Me
viene a la memoria un acontecimiento en el que Pablo Iglesias fundador del PSOE
y de la UGT cuando en un congreso del primero algunos delegados presentaron una
moción para que fueran excluidos los que apoyaran la religión católica y
cuentan las crónicas que él se opuso
porque entendía que el partido no debía pronunciarse sobre las creencias
de sus afiliados, sino respetar efectivamente la libertad de conciencia de cada
cual.
Dicho
esto, y sin entrar en reivindicaciones como la de abolir los acuerdos Estado
español y Vaticano -el Concordato-, la pregunta que nos podemos hacer es si se
puede ser del PSOE y cristiano, y, evidentemente que sí. Pero se puede ser
cristiano y socialista, evidentemente no. En el PSOE hay mucha militancia que no
es socialista. Los cristianos son posiblemente el grupo más representativo,
pero me figuro que habrá también de otras religiones. A este efecto digamos que
es lo mismo.
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