
Leía hace unos días que “Cada vez La Rioja está más cerca de Marbella, sobre todo por sus personajes”. Y, ciertamente si atendemos a las informaciones de algunos medios de comunicación regionales, en los que aparecen políticos del PP -Juan José Muñoz, Emilio del Río, Aranzazu Vallejo y Antonino Burgos-, prueban de que algo huele mal en nuestro entorno.
Esto me recuerda lo extraño que me parecía, que tras varios lustros siendo gobernados por el PP a nivel regional, más allá, de haberse perdido las formas de cortesía y buena educación ante los ciudadanos, nadie hubiera metido la mano en la caja. Y, más cuando en algunos puntos de nuestra geografía española, a este partido y/o a sus representantes se les está aflorando sus “presuntos negocios obscuros”.
Hoy, en nuestra tierra, el Partido Popular es el PRI mejicano. Hoy, según el CIS, una parte de nuestra representación institucional, es valorada por los ciudadanos como su segunda preocupación. Hoy, que no el día después, se necesita altura de miras.
Conclusión: que en el PSOE se de un empujón para que el cambio sea una realidad y a su vez, en el PP urge que sus gentes más inteligentes identifiquen el problema que tienen, que no es otro, que la falta de libertad interna.
Con la que está cayendo, los riojanos saldríamos ganando de la conjunción de ambas circunstancias.
Esto me recuerda lo extraño que me parecía, que tras varios lustros siendo gobernados por el PP a nivel regional, más allá, de haberse perdido las formas de cortesía y buena educación ante los ciudadanos, nadie hubiera metido la mano en la caja. Y, más cuando en algunos puntos de nuestra geografía española, a este partido y/o a sus representantes se les está aflorando sus “presuntos negocios obscuros”.
Hoy, en nuestra tierra, el Partido Popular es el PRI mejicano. Hoy, según el CIS, una parte de nuestra representación institucional, es valorada por los ciudadanos como su segunda preocupación. Hoy, que no el día después, se necesita altura de miras.
Conclusión: que en el PSOE se de un empujón para que el cambio sea una realidad y a su vez, en el PP urge que sus gentes más inteligentes identifiquen el problema que tienen, que no es otro, que la falta de libertad interna.
Con la que está cayendo, los riojanos saldríamos ganando de la conjunción de ambas circunstancias.