Empiezo a estar hasta más allá de la coronilla con tanta propaganda que nos llega desde Estados Unidos de América. ¿No habrá llegado la hora de que los ciudadanos europeos recibamos igualmente la información que generan en Rusia y China?
Urge cada vez más que la Unión Europea realice propuestas y
acciones -meditadas y consensuadas al máximo-, que representen la prudencia
ante los ataques que nos lanzan desde otras naciones a la vez que defendernos
de los imperialismos.
La democracia liberal y, en concreto para algunos de nosotros,
ésta pasa por estar sustentada por igual, bajo los pilares de la libertad y la
igualdad.
Dicho lo cual, no hay que tener miedo si hay que cambiar de
estrategia a la vista que el EEUU que anhelamos ha dejado de existir. Los 28 de la Unión Europea y su Comisión no hace tantos años trabajaba con la Rusia del sátrapa Putin y nadie se rasgaba
las vestiduras. Lo mismo pasaba con la China comunista Xi Jinping donde los
capitalistas les ha importado un bledo hacer pingües negocios independiente de
desmantelar empresas en Europa.
El mundo ya no es lo que era a los inicios del siglo XXI, por
lo tanto, si hay que cambiar de “amigos” y de mercados para que los ciudadanos
de la UE no queden emparedados por los imperialismos, pues a ello.
El Informe Draghi propone una estrategia para frenar el
declive económico de la Unión Europea frente a otras potencias. Solo con un
enfoque común europeo, centrado en el crecimiento, podrá la UE afrontar con
éxito los retos que tiene planteados: la transformación tecnológica, la
descarbonización, la seguridad económica y el mantenimiento del modelo social
europeo.