Ayer hicimos un paréntesis en las fiestas mateas y
acompañamos a mi hija Pauly Buzarra Hernández a Bayona, Francia. Ya de regreso
a eso de las 24 horas, por motivos casuales y en plena conducción mi compañera
de fatigas Isabel, pudo leer un mensaje de un viejo compañero de la UGT y de
tantas otras cosas. Me refiero a José Francisco Gil, que nos anunciaba una mala
noticia. En esos momentos estábamos a punto de dejar a tras Pamplona y enfilar
camino a Logroño. La noticia ciertamente era muy cruda como la vida misma. Nos
había dejado Asunción Urbina Fontecha.
Qué podemos decir de esta entrañable amiga y compañera. La
conocí en aquellos años en los que la juventud rebelde intentaba superar
aquella España de blanco y negro. Si no me engaña la memoria fue en una visita
que hicimos al club juvenil Concordia. A partir de ahí, tramamos una fuerte
amistad que nos hizo recorrer caminos en común. Recordemos las luchas de las
trabajadoras en aquel Europunto, las excursiones al monte que tan de moda estaban
donde respirábamos la libertad por la que luchábamos, formó parte de las
Juventudes Socialistas en La Rioja…Pero sobre todo, con el pasar de los años lo
que permaneció fue una gran amistad donde la palabra quedaba envuelta en el siempre
eterno humo de tu cigarro y, que el 20 quedó truncada por la muerte.
Asun, ya no habrá más 2 de agostos en los que me felicites por
mi cumpleaños y, yo como acto de devolución, lo haga para el 15, día de tu onomástica.
Pero, estés donde estés se que harás feliz a quienes te acompañen. Un beso.
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