Y, llegado a este punto
pienso que la nueva dirección del PSOE tiene que convocar un comité federal para
visibilizar ante la sociedad con precisión y brevedad cuales van a ser los
problemas nucleares que nos preocupan, así como las alternativas que aportamos.
Nada de grandes documentos, más bien reivindicaciones y soluciones expuestas
telegráficamente, que una vez situados en el lugar que decidan los electores,
bien en el gobierno o en la oposición, sirvan de decálogo a nuestra acción política.
También tengo claro que en
este escenario de economía mundializada, la ciudadanía se ha dado cuenta de la
imposibilidad por parte de los partidos democráticos de izquierdas y
progresistas, de imponer su ideario y frenar al capitalismo, lo que ha llevado a
la pérdida de la credibilidad ganada.
Consiguientemente el PSOE ha
de regresar a sus fuentes y exhibir sin complejos su Programa Máximo
fundacional para desde ahí, reinterpretar junto a otros más, cual es la
sociedad ideal que nosotros planteamos. Donde, a mi entender la emancipación individual
y grupal serán aspectos a tener muy presentes en la acción y discurso diario
como partido. ¿Trasformar o gestionar? Esa es la cuestión.
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