14/4/12

A FAVOR DE INMACULADA ORTEGA (I)



Como muy bien se sabe por los que militamos de la agrupación del PSOE de Logroño, el 21 de abril celebraremos una asamblea congresual en la que se analizará y votará la gestión de los últimos cuatro años y se elegirá a la nueva dirección que ha de llevar adelante los nuevos proyectos.
A fecha de hoy parece que hay interés por liderar la agrupación tres compañeras. Personalmente y una vez conocidos sus proyectos, me decanto por lo que representa políticamente Inmaculada Ortega.
En cualquier caso, os dejo algunos apuntes personales muy en sintonía con el grupo que apoya a I Ortega y que desgranaré a lo largo de la semana a través de este espacio, para animar a cuantos observan el proceso y desean que el PSOE regrese a ser el partido más votado.



El PSOE en Logroño tiene que desarrollar en los próximos cuatro años una múltiple tarea con el fin de ser más eficiente en la interpretación de los problemas de cuantos viven en nuestra ciudad, ofrecer soluciones para la mayoría, liderar las ideas de cambio, versus emancipación democrática, seleccionar a los mejores representantes y competir electoralmente frente el PP.
El actual modelo de partido conocido en La Rioja, proviene históricamente de la repetición de un cierto dirigismo y centralidad en torno a un reducido grupo de compañeros que, a grandes rasgos, se reproduce por casi todas las fuerzas de nuestro arco parlamentario y extraparlamentario. Pero, si bien éste quizás puede ser útil para un partido organizado alrededor de sus cuadros y cargos electos, se manifiesta en la actualidad claramente insuficiente para una organización política en la oposición y que aspira a compaginar esta realidad con los usos y costumbres de una sociedad plural en lo ideológico e intercultural a la vez que estratificada socialmente.
Esta situación orgánico funcional de nuestro partido, tiene que permitir ensayar nuevos retos para que sea una organización de masas claramente identificable en lo ideológico frente a la derecha política y económica, al igual que a sus líderes. Así, la verticalidad de nuestras estructuras, de momento, tendrán que coexistir con la horizontalidad y descentralización que han desarrollado los individuos y sus agrupaciones de todo orden y que en ocasiones poco se parecen a lo que fue el siglo pasado.
Cambios internos que sin lugar a dudas habrá que hacer si es que queremos ser desde la izquierda, el centro de la misma. Para eso, hay que superar las dificultades de interpretación que hemos tenidos si es que realmente queremos representar realmente comprendiendo, sirviendo y respetando a los que decimos defender. Es evidente que nuestra acción política se ha debilitado porque la crisis económica del sistema capitalista, de valores y de instrumentos ha evidenciado las profundas limitaciones de la política coincidiendo con un desnortamiento general de la socialdemócracia para dirigir, regular, interpretar y representar a la ciudadanía y responder a los problemas con el nivel de eficacia que requieren. Y esto, frente al populismo y caciquismo desarrollado, por ejemplo en nuestra región, hasta hoy ha sido letal.

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