18/3/12

DEJANDO ATRÁS EL PASADO. MIRANDO AL FUTURO



El PSOE de La Rioja como organización que ha trenzado un sin fin de derrotas electorales e infringido una secular condena interna -vista por muchos-, hacia todo aquel que no formara parte de la “supuesta mayoría estatutaria”, entró en un ciclo de grave deterioro de su credibilidad entre su electorado, que se supone ahora ha de enmendarse en los congresos y asambleas que se están realizando.
Pero, ¿Se está en esas o en otras? Pienso más bien que se ha optado por no mover realmente nada, aunque el director del coro ya sea otro. Esta deducción la extraigo al constatar una estrecha alianza entre el “grupo madrileño” y la “quinta del biberón” que han impedido que se pudiera girar al partido hacia escenarios más participativos y con propuestas claras que permita entender mejor a los trabajadores y las clases medias venidas a menos que es lo que perseguimos. Disputa democrática que una vez cerrado el 13 congreso regional, queda trasladada a las asambleas de las agrupaciones locales donde las muchas heridas abiertas, veremos si van a más o a menos. Situación esta que poco ha preocupado hasta el día de hoy, salvo si nos hacemos eco de lo propuesto por IS horas antes del máximo cónclave socialista, tendente a que los tres precandidatos se pusieran de acuerdo en no fragmentar aún más a la militancia. Vano intento, que al no prosperar pagaremos inevitablemente todos. Dicho esto apunto varias taras que merecen una breve reseña.
La primera de ellas ha sido la excesiva focalización hacia un liderazgo unipersonal, que una vez abierto el melón congresual ha eclosionado hacia las inevitables disputas del mismo, sin clarificación de ideario salvo que pongamos muy de cerca la lupa o se atienda a las sensibilidades de algunos grupos que apoyaban a unos u otros precandidatos. Esto significa entre otras que: ahora y aunque el cuerpo pida lo contrario, lo que procede es dar un margen de confianza a la actual comisión ejecutiva regional, tanto en cuanto ésta se mantenga neutral ante las asambleas que han de dar paso a las nuevas comisiones ejecutivas locales.
En segundo término y, como hemos comentado en otras ocasiones, hay que superar el viejo modelo en que centenares de enmiendas bombardean a una ponencia marco regionalizada a brocha gorda. Esto significa entre otras que: si queremos ser atrayentes ante nuestro potencial electorado, hay que redactar un “manifiesto-programa” breve y claro –que puedan leer los ciudadanos fácilmente–. Es decir, se vaya al grano de las grandes ideas-fuerza que se necesitan para hacer frente a los problemas que aquejan a cuantos viven en La Rioja. Si esto no se hace de esta manera, nadie debe extrañarse de que los votantes pasen de nosotros, por ser documentos eso sí muy descriptivos pero a la vez difusos.
En tercer lugar, hay que ser conscientes de que en el mundo actual, para tener confianza en un partido y este se convierta en una organización de masas, hay que tener un líder cuya asertividad esté a prueba de bombas y donde rodearse de los mejores sea algo más que un deseo o un canto mediático. Esto significa entre otras que: haciendo abstracción de cual es el jefe, se necesita conformar equipos muy preparados, capaces y cuyos integrantes sean buenos y reconocibles por los ciudadanos. La inercia de la partitocracia en los debates futuros del PSOE de La rioja, tienen que dejar de lado a las cuestiones de fidelidad personal y prestar más atención a las cualificaciones y la capacidad de sintonía electoral.
En definitiva, tenemos que hacer que lleguen nuestras ideas y alternativas a los ciudadanos generando una interactividad -además de estar más presentes en la calle-, con el fin de mejorar la imagen de los socialistas frente al PP riojano.

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